Nuestro Inicio (II).

#11 Un Misterio.

Mi mano descansaba en su pecho, mientras subía y bajaba tranquilo, la otra acariciaba los rebeldes cabellos que caían por su frente. Nuestras piernas entrelazadas y sus brazos alrededor de mi cintura y cadera me hacían sentir protegida. Mis ojos no se apartaban de los suyos, ni ellos de los míos. Simplemente nos obserbavamos intentando descifrar que pasaba por nuestras mentes.. Le sonreí cuando sentí la calidez de su mano en mi vientre. Desde anoche esta mucho más apegado que de costumbre, todo el tiempo quiere sentir a ese pequeño bulto en una zona específica de mi cuerpo, no deja de acariciarlo y de decirle palabras hermosas. Lo que me hace mucho más sentimental en algunos de los casos.

-Tienes que decirme, ¿qué piensas ahora?- dice con la voz tan baja que no pensé que alguien normal lo escucharía.

-No pienso en nada más que no seamos nosotros..- le digo acariciando su mejilla, logrando que cerrará los ojos.

-Quiero conocer tus más profundos pensamientos, deseo, saber que piensas de todo lo que te rodea.. De mí.

Dejo de acariciarlo y me planteo; ¿De qué está dudando?.
A que viene todo esto.

-¿Qué te preocupa?- clavo mis ojos en los suyos otra vez. Aunque me pone nerviosa su mirada profunda soy incapaz de alejar la mía.- La parte en la que estoy, estamos, metidos en algo que para otras personas es irreal o.. -hice un esfuerzo por buscar y elegir correctamente mis palabras.-.... - suspiro y dejó al aire todo lo que dije.

-Nada de eso, es que..- se sienta en la cama pasando su mano por el cabello.- a veces siento que mereces algo mejor- rompe nuestra conexión mirando un punto fijo en la pared.- no puedo evitar sentir que todo el tiempo estas expuesta al peligro. No somos como cualquier otra persona, y eso me aterra porque no quiero que te hagan daño.

Miro el techo tratando de entender todas sus palabras, buscando el significativo punto al que quiere llegar, también pienso en ello algunas veces, estamos hablando de algo realmente serio. Porque; si uno se lastima, el otro siente el dolor. Si uno muere; el otro esta condenado a morir de tristeza por no poder dejar de amarlo... Estamos condenados a los momentos difíciles, cómo también estamos juntos para confrontarlos.

Su respiración deja de ser pausada para ser cada vez más constante, me preocupó y sigo sus pasos, sentando me en la cama quedo a poca distancia de su cuerpo, aún así, estiro mi mano y la coloco en su espalda; al principio tensa el cuerpo, pero al darse cuenta que soy yo me permite sentir la calidez que este transmite y ambos nos calmamos. Volviendo a respirar con tranquilidad.
Me arrodillo en el colchón que se hunde bajo la presión que hago, y abrazo su torso pasando mis brazos bajo los suyos, me inclino hacia adelante y beso su hombro; su cuello; y su mejilla.

-Una vez mi padre me dijo; qué él y mi madre sentían mucho miedo de formar una familia. A él le preocupaba exactamente lo mismo que a ti, a ella le preocupaba que él piense que merecía una vida mejor, lejos de problemas, lejos de su tribu, de los suyos. Pero.. - hice una pausa y gire mi cuerpo delante de él, pasando una pierna a la derecha. Sentada sobre su regazo puse mis manos en su mejilla.- Cuando mi padre se propuso alejarse de ella, sintió como su vida le era arrebatada, ya no le importaba morir. Entonces, ella le confesó algo que había estado guardando por días, semanas: estaba embarazada.- rodee su cuello con mis brazos.- Y en ese instante, sintió como todo cobraba un nuevo color, una nueva forma. Aún con miedo en ellos, mi hermana nació sana en un hogar que se fortalecía cada vez más con el amor de la pareja, y ahora con un hermoso bebé, juraron amarse por el resto de sus vidas, afrontando todo lo que se les viniera encima.

Mis ojos captaron cada segundo cómo me observaba, tenía intriga, mostró dulzura acariciando mi mejilla y mi cintura, cómo también me dejó saber que ahora estaba convencido de que lograríamos cualquier cosa que quisiéramos. Parece que ha entrado en razón de una manera inimaginable..