Aurie prácticamente echó a Embry de la casa.
A eso de las ocho fue cuando habíamos llegado, y Xavier Keener junto a un grupo de cuatro chicos han venido a llevárselo para, "prepararlo". Mientras a mí, me han arrastrado la abuela y dos señoras al cuarto de baño, preparando una ducha con lavandas, ¿para perfumar la piel?.-Cuando salgas ponte solo las bragas, y encima la bata.- alcé las cejas extrañada, ante palabras de una mujer morena de edad similar a la de Sue.
Por suerte, tuvieron la decencia de dejarme bañarme sola, suspire apenas me cubrió el agua caliente. Bueno, casi. Un poco de mi estómago sobresalía del agua.
-Espero que tu padre tenga para ti un buen nombre, de lo contrario voy a tener que intervenir, pequeño.- sonreí a medias pasando mis manos sobre su temporal casa, mi panza.
Me bañe en completa tranquilidad, pensando en todo lo que había que erradicar en casa al saber que voy a tener un niño, pero definitivamente las enredaderas se quedan en su habitación al igual que el color amarillo de las paredes. También me amargué un poco al no tener a nadie de mi familia con quien compartir la noticia.
Ni mis hermanos, ni mi padre, ni nuestros amigos pudieron apreciar la felicidad en nuestros rostros al saber el sexo del bebé.Dudé al principio, no estaba segura de si realmente es un niño, pero luego como un rápido recuerdo, escuché la voz de Harry Clearwater en mi mente; Nunca dudes de un anciano sabio, y mucho menos si es alguien de tu tribu. Técnicamente no era mi tribu, pero mi pareja si lo era, e ahora también su hijo, lo que me convierte en parte de ella.
Enjuague la espuma de mi piel y como dijeron, me coloqué solo unas bragas de un color piel, encima la bata de tela suave. Abrí la puerta del baño, siendo acompañada directo a la sala, ahí, me hicieron sentar frente a la chimenea.
-Permiso..- murmuró una chica algo más grande que yo y me señaló en sus manos algún tipo de aceite.
Suspire, y tanto nerviosa como incomoda por tener que desnudarme frente a ella, me quite la bata. Tomó con un gotero algo de aceite y lo esparció en mis hombros, dónde otra muchacha comenzó con un masaje que realmente, me pareció encantador y placentero.
-No tiene porque sentirse incómoda, estando frente a nosotras. - la castaña me habló con timidez y cuidado en cada una de sus palabras.
-¿Por qué me hablas así? - pregunté frunciendo el ceño, poniendo recta mi postura cuando la mujer de atrás bajó sus manos a mi espalda, pasando el mismo aceite con olor a jazmín.
Ella alzó su mirada de mi pierna, donde daba masajes con mi piel humectada de, ¿adivinen qué?, aceite. Me dio una sonrisa encantadora y prosiguió.
-¿Cómo esperaría que tratara a la mujer del hombre que salvó mi vida?- mis ojos se abrieron como platos, mirando el delicado rostro de ella.
-¿Tú..eres Lahin?- pregunté, más bien afirme en un susurro. Ella asintió mirándome con un rubor en sus mejillas.- No nos casamos, aun no soy su mujer. - le regale una pequeña sonrisa. -Me siento mal, al ver que hacen esto, es como si sirvieran a alguien cómo esclavas.
La mujer de atrás ahogó un grito de completo desacuerdo e indignación.
-Lo hacemos por cada mujer de la tribu, muchacha, no es ninguna obligación. Pero forma parte de nuestras costumbres. - explicó en un tosco tono de voz.
-Euphen.- regaño Aurie, acompañado de una seria mirada.
-Lo siento, no era mi intención ofenderlas.- bajé la vista a mi vientre.
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Nuestro Inicio (II).
FanfictionCuando pensamos que apenas habíamos comenzado.. Ya teníamos mucho más en común que solo el amor del uno al otro.. Espero que ames este ser que llevo dentro más que a mi misma.. Te amo Embry.