#29. Las Manadas.

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Jacob, Seth, y Leah se quedaron a cenar con nosotros esa noche, la pasamos tan bien que sentía que no quería dejarlos ir a la hora de volver a casa, hablamos de todo. La familia, los viajes, obstáculos, Las manadas.
Podrían decir lo que quisieran, hacerse los duros como siempre, pero tengo cierto don, que me permite ver lo destrozadas que están las personas a pesar de las sonrisas en sus caras, y se lo dije a Leah.
No podían aparentar estar bien con esto, los extrañaban. Y sé que yo también los extrañare si esta brecha no se soluciona pronto.

Embry estuvo de acuerdo, en que en la mañana, vayamos a casa de Sam, si era necesario bajaríamos la cabeza ante sus palabras duras contra nosotros y nuestra partida, pero nuestra familia debería volver a estar junta. De eso no habia duda. Porque nos necesitábamos los unos a los otros, contábamos con el apoyo de toda la manada cuando lo necesitábamos ya sea para cualquier cosa.

Y no iba a ser lo mismo estando separados. Ahora eramos nosotros dos, en medio de Sam y Jacob.
Embry es el mejor amigo de Jacob, y sé que si éste se lo pidiera iría a su manada, pero su lealtad estaba con Sam a pesar de todo. Y yo, por mi parte, y aunque doliera horrores, escogería a mi hermano sin dudarlo.
Y si nada salia como lo teníamos planeado estábamos obligados a tomar bandos distintos.

Fue ahí cuando empecé a considerar la opción de la que Embry habló.

–{Cuando llegue el momento, y lo creamos necesario, podemos dejar la magia atrás. Si así lo queremos, podemos envejecer como personas normales, viendo crecer a nuestros hijos. Dejar el lobo atrás..}–

No. Eso definitivamente no era una opción. No para mí.

Negué, soltando un bufido me di la vuelta, abrazando la espalda de Embry. Intentando conciliar el sueño que hace horas no llevo.

En la mañana, el primero en despertar fue Embry, quien después de desayunar dijo que iba a ver algunas cosas con Jake en el taller, y luego iba a pasar por casa de Anne a buscar algunas de sus cosas mas importantes.
Yo, en tanto, hice un gran esfuerzo por no asaltar el refrigerador para complacer el hambre voraz que mi hijo tenía. Comía lo suficiente para satisfacer mi apetito, pero el de Ryker, era otra cosa.

Lavé todos los utensilios de cocina usados, y me puse ropa más comoda para arreglar más la casa, terminar de barrer los pisos de arriba, abrir laa ventanas, y acomodar toda la ropa que compramos con Embry para el bebé.
Quedamos que esta tarde Jacob, Seth, Leah y él vendrían por mí para ir a casa de Sam, e hacer el intento de hablar con él.
Me procupaba el echo de que Paul no quiera hacer las pases, todos sabemos que es... Muy apegado a Sam, y no va a dudar en ponerse a echarnos todo en cara cuando sienta que su Alfa esta siendo desafiado, de alguna forma.

El punto no es llegar al choque, sino intentar volver a tener la mismo relación de antes. No manadas separadas, no rivalidades. Solo una familia completamente unida.

Dejé al perro salir de casa, para que haga sus necesidades y corra libre un rato.

–¡Hermana!– Collin y Brady salieron del bosque, corriendo desaforados a abrazarme.

–¡Cachorros!– los abracé besando sus frentes.

–Te extrañamos.– Brady se limpió algunas lágrimas, Collin seguía sujeto a mí.

Nuestro Inicio (II).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora