Vi su sombra debajo de la puerta, y cuando estaba dispuesta a decirle que no quería hablar toco la maldita puerta de mi maldita habitación.
Se formó un nudo en mi garganta, y no pude reaccionar.–Nena..–
Negué con la cabeza sin contestar, no me lo permitía escuchar su voz después de lo que vi. Tan tranquilo, sin remordimiento alguno por que pudiera darme cuenta, eso ocacionaba un dolor aun más fuerte en mi pecho.. Ambos estamos sintiendo lo mismo, nos lastima por igual pero no creo que haya algo coherente en todo esto.
Me apoyé contra la pared, un dolor de cabeza estaba apareciendo con una gran punzada en mi cien, y no solo eso.. Mi sistema no funcionaba correctamente, tenía el estómago revuelto y arcadas hacían precencia en mi cuerpo.–Por favor bebé, no ahora..– susurré casi sin voz poniendo mis manos en mi abdomen.
–Preciosa dejame explicarte, no es lo que crees. Abre la puerta, por favor..–
Mis ojos lagrimearon al sentir el ácido subir por mi garganta, provocando apretar mis labios con fuerza y tomar el primer lugar que encontre podía usar y limpiar, el bote de papeles que tenía a un lado del escritorio. Dejé todo salir, sintiéndome liviana, cansada, y con un horrible sabor en la boca. Gracias a dios tengo caramelos de menta. Toquidos desesperados en la puerta me hicieron recordar porque estaba encerrada en un principio.
–Por favor.. Vete.– dije lo suficiente alto para que pudiera escuchar.
–No me iré hasta hablar bien contigo, por favor...– se notaba cansado.–¡Maldición! ¿Estas bien?–
La causa de su pregunta; fueron nuevas arcadas y el sonoro salir de toda la comida del medio día, más el aroma horrible que había logrado nacer. Seque unas cuantas lágrimas y segura de no tener nada más que devolver me acoste en la cama.
-Por favor nena.. Abreme la puerta.- lo escuche llamar.
Me hice bolita en la cama y abrace un peluche, dejando que las lágrimas cubrieran mi rostro ya rojo por el esfuerzo al estar agachada y con la cabeza literalmente dentro de un bote de basura. El dolor de cabeza no ha desaparecido, y menos el de mi pecho.
-Vete por favor..- chille sintiendo el dolor expandirse en mi parte superior.
-Dejame hablar contigo, te lo suplico.- insistió.
Me tomó diez minutos más entender que no se iría hasta hablar cara a cara. Con pesadez abrí la puerta.. viendo por primera vez en dos días su rostro sombrío, notorias sombras aparecían debajo de sus ojos, los cuales estaban rojos, ¿también había llorado?, sequé lo mejor que pude mis ojos con la manga de mi sudadera.
–Habla, no tengo todo el día.– de echo no tenía nada que hacer, pero quería acabar rápido.
–Ven..– iba a tomarme de la mano pero la quite a tiempo.
Causandonos más dolor, pasé por su lado y baje a la sala, donde no había nadie más que nosotros. Seth había desaparecido, y era lo mejor, sí se quedaba lo mataría lentamente. Me senté en la esquina del sofá y el se mantuvo frente a mi, sentado en la pequeña mesa de madera delante de donde me encontraba. Me estudió unos segundos, no pude dejar de mirar el lugar donde se encontraba el labial días antes.
–Lo siento, ¿esta bien?, siento haberte dejado sola.. Siento no haber pasado mi tiempo contigo, cuidándote, amándote como te lo prometí la primera noche en nuestra casa después de hacer el amor por horas, lamento ser yo el culpable de tus lágrimas, de tu tristeza.. de tu angustia y tu dolor. Siendo que tengo que estar contigo para hacer todo lo contrario, quiero verte feliz cada día a mi lado. Que seas lo primero que vea al despertar.– una gruesa lágrima bajo por su mejilla.
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Nuestro Inicio (II).
FanfictionCuando pensamos que apenas habíamos comenzado.. Ya teníamos mucho más en común que solo el amor del uno al otro.. Espero que ames este ser que llevo dentro más que a mi misma.. Te amo Embry.