#4 Duele.

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Aquella noche me quede en mi antigua casa, la que compartía con papá y Jake, rodeada de almohadas que usaba como consuelo, todos los lobos de peluche en el suelo..

Tras llegar a papá, llore en sus brazos, él no dijo nada, sabía seguramente lo que pasaba.. Cayó la noche y decidí subir a mi antigua habitación, donde el dolor me rodeo al recordar aquella tarde de lluvia en la que no faltó, y nos conocimos en la profunda e importante charla que habiamos entablado. Solloze y pase mi mano por mi cabello, tirando de el. Tomé todas las cosas que había sobre un mueble en mi habitación y las barrí con los brazos por la superficie hasta tirarlas al suelo, lance los peluches que tenía al suelo, libros, coloqué una almohada en mi cara y grite tan fuerte como me lo permitían mis cuerdas bocales, sintiendo como cada vez me iba quedando sin vos, sin fuerzas.

Me quedé con la espalda y cabeza pegada a la pared, abrazando mis piernas, sintiéndome más relajada pero con la horrible sensación de que todo estaba mal. Ya no se podían oír mis llantos ni mi respiración entrecortada, solo me mantenía perdida mirando el techo, aquellas estrellas seguían brillando con la misma intensidad, pero lo que ahora me importaba más, era mi bebé. Este precioso bebé que no tiene la culpa de nada, y no podía permitirme caer bajo, o lo estaría arrastrando conmigo, así que cuando llamaron para cenar, ahí estuve, por él o ella. Nadie mencionaba palabra, lo que era mejor, pero se sintió incómodo.

Evite las miradas de mi padre y mi hermano, evite como ellos se manaban las mismas intentando saber que era lo que había pasado para llegar de esta manera, y luego de terminar, lave mis cosas para después subir y encerrarme de nuevo.
Paré frente al espejo, y levanté mi camiseta, viendo en la parte baja de mi abdomen un pequeño y casi notorio bulto.
Lo acaricie tantas veces, jurando protegerlo de todo aquello que sea maligno y tóxico para su vida. No merecía sufrir.. No merecía sentir lo mismo que su madre.
Me acobije entre las mangas y me dormí con una mano en la zona donde descansaba el.

Dejé de mirar el vacío y de morderme el dedo, para después tomar ropa y cambiarme, lave mis dientes, mi cara, para bajar a hacer el desayuno, sin lograrlo.. Emily estaba ahí, preparando algo.. Al verme solo abrió sus brazos hacía mí, y como si tuviera un botón automático empecé a llorar en su hombro sintiéndome pequeña. Necesito un fuerte abrazo, que me digan que todo estara bien, pero solo una persona puede ser capaz de calmar el mar de emociones que me llega a traspasar la piel.

–Seguro hay una explicación.– habló con su tono maternal y suave.

–No quiero escucharla sí la hay.. – me preparé un té.– No quiero que justifique sus mentiras.

–Al menos intenta darle la oportunidad de que te diga porqué lo hizo.. Ambas sabemos que estas mejor con él.– pusó panecillos de nuez en la mesa.

Señaló la mesa, donde al poco tiempo ya estabamos todos desayunano, Jake mantenía su brazo derecho sobre mis hombros. Papá había ido a recoger el correo, cuando ya la lluvia había empezado a caer, salí para llevar un paraguas y evitar que se mojara. Me dio una mirada de llena preocupación,en sus manos yacía un sobre impecable blanco, con unas perfectas letras plateadas en una hermosa manuscrita..

"Edward Cullen e Isabella Swan.."

"Familia Black".

Oh, no.. Esto sí que iba  destrozar a Jacob. Intenté decir algo pero nada salió de mi boca al momento de abrirla, Billy negó y me dio una pequeña sonrisa, inundada de una profunda noltalgia en el rostro, mi hermano puede ser muy fuerte pero esto lo acabaría.

–Vamos adentro, te resfriaras..– empezó a manejar la silla hacía la casa.

–Papá..– quería evitar esto. Pero no sé puede.

Nuestro Inicio (II).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora