–Eres tan pequeño, mi cielo.– acaricié la mejilla de Ryker, subiendo un poco su gorro.Hace unas horas habíamos salido del hospital, Jared y Kim fueron por nosotros, Embry tuvo que acompañar a Anne a un punto de encuentro con sus abuelos. No quería dejarme sola con el niño, pero le insistí en que acompañara a su madre, ya que no pasaríamos navidad con ella. Afuera estaba nevando sin parar, las temperaturas eran muy bajas.
Por suerte contaba con el fuego que había encendido Jake en la chimenea, (antes de llevar a Nessie a casa de Charlie Swan), con el cálido pelaje de Goldt a mi lado, vigilando todo el tiempo los movimientos del bebé, y mi lado lobo que emanaba calor propio, sería difícil que Ryk tuviera frío. Aun así no dejaba de preocuparme en ese sentido.
En un rincón, entre un sofá y la chimenea, estaba el exageradamente gran árbol de navidad. Decorado con adornos rojos, dorados y azules. Leah participó junto a los cachorros para que el bebé sintiera el espíritu Navideño, que querían que tuviera desde pequeño.
Esta noche en casa de Sam iba a ser perfecta, lo presentía. No todos en la manada íbamos a estar juntos, pero al menos una gran parte de ella sí. Paul, Rachel y los niños, mi padre, Quil y su abuelo. Y por supuesto nosotros con el nuevo integrante.
Me sorprendió, y a la vez alegro que Sue encontrara apoyo emocional, y protección en Charlie, no dejé de molestar a Leah diciendo que ahora iba a ser la hermana de Bella."–No porque seamos comadres tienes derecho a meterte así conmigo.–" había expresado molesta, añadiendo una sarcástica sonrisa al final para restarle tención.
Estaba enloquecida con Ryker, nunca la había visto tan alegre y risueña, hasta Paul lo notaba. Y no iba a decirlo nunca, pero le alegraba ver así a la ex de su mejor amigo.
Jacob no dejaba de mandar mensajes a cada hora, mostrando su preocupacion e interés en nosotros. Alice y Rosalie habían entrado de algún modo a mi casa, y llenado el cuarto de cosas para Ryker, ¡incluso cambiaron la decoración!, pero no me iba a quejar, dejaron hermosa su habitación.
A Embry no le iba a gustar mucho su intromisión. Eso seguro. Pero tampoco se va a quejar, preferíamos lo minimalista, para todo el hogar, sin excepciones. Había bajado un cunero para dejar aquí abajo a Ryker cuando se dormía, así podría hacer cosas en la casa y tenerlo cerca todo el tiempo para vigilarlo.
–Duerme bebé..– susurré apoyándolo en mi pecho, meciéndolo de atrás a adelante.
A los pocos minutos, ya tenía al niño completamente dormido.
Lo tapé bien con las mantas, sonreí viendo aquella amarilla que me correspondio a mí hace años.
Apagué la televisión, que se había mantenido en un volumen bajo, y subí a buscar ropa para darme una ducha, y de paso estar lista para la cena.Al bajar las escaleras, mi pié se quedó atorado con la alfombra. Por reflejo puse mis manos en el suelo, amortiguando mínimamente el golpe, Ryker no despertó por el ruido, lo que fue asombroso.
Me senté a ajustarme los cordones de las botas, coloque la ropa en un escalon para acomodar la alfombra. Llevándome una pequeña sorpresa.Una cerradura.
Fruncí el ceño, Embry no me había dicho que teníamos un sótano, ni por asomó lo había mencionado.
–¿Bebé?– la puerta principal se cerró con un chasquido luego de permitir que su voz entrara en el ambiente.
–Aquí..– murmuré bajo, lo bastante tarde.
Ya había aparecido a un lado del arco de la sala, vio a nuestro hijo durmiendo plácidamente, y sus ojos negros viajaron a mi figura. Aun en el suelo.
–¿Qué haces ahí? Se supone que debías descansar.– se agachó a mi altura y me tomó desde abajo del brazo, ayudándome a estar de pié.
–¡Lo sé!,– apresuré a decir.– es solo que iba a darme una ducha, pero me tropecé con la alfombra y..– callé, corriendo toda ésta.– ¿tu sabías de esto?.– apunté a la puerta.
Permaneció en silencio unos segundos bastante largos a mi parecer, confirmando mi pregunta.
Aun así, me cruce de brazos mirándolo, esperando por aquellas palabras que saldrían de su boca.–No encontré la llave.– se encogió de hombros.– No sé que guardan ahí mis abuelos, lo mas probable sean algunos muebles o objetos antiguos.
Lo mire incrédula, con la boca abierta, ¡por dios!, eres un lobo Embry Call. Un poco de fuerza bruta no te vendría mal.
Bufé, sí él no tenía interés y curiosidad en averiguar qué se encontraba allí, bien por él. Pero yo, señores, no me iba a quedar de brazos cruzados.–Bien.– sentencié. Tomando mi ropa.– ¿Vigilas a Ryk?– me observó como si no creyera lo que acababa de decir.
–Claro que sí, pero antes..– me acercó a su cuerpo con ambas manos en mi cintura.– Quiero mi beso.
Sonreí mordiendo el interior de mi labio, me coloque de puntitas y rozando mis labios con los suyos, hasta unirlos al final en un lento y corto beso.
–Ya, saldré lo más rápido posible.– comencé a caminar hasta el baño, situado a un lado de las escaleras.
–¿No confías en mí, con mi propio hijo..?– lo oí lanzarse al sofá, estirándose.
–Digamos que confio en tí, pero tengo mis dudas respecto a dejarte solo con él.– solté una risita, cerrando la puerta detrás de mí.
–Ohh, que linda eres cariño.– su risa sarcástica alcanzó a ser escuchada por mis oídos.
🐺🐺🐺🐺🐺🐺–Rayos..– murmuró molesto por lo bajo.
Acabé de subir el cierre de mis botas, mientras miraba los músculos su espalda contraerse al tomar una de las tantas camisas que tenía, en este caso, una blanca.
–¿Qué te sucede?– me acerqué fajando mi blusa negra en los jeans ajustados.
Embry volteó abotonando su camisa. Veía el tormento en sus ojos, algo le pasaba o pensaba, qué no estaba seguro de hacer o decir.
–Dime..– terminé de colocar el último botón en su ranura.
Suspiro, quitando el cabello sobre mis hombros.
–Quil y yo, – me tomó de los brazos, sentándose en la cama y a mí en sus piernas.– tenemos pensando hablar con Sam.– cerró los ojos, besando mi hombro.– Lo hemos pensado bastante..
–¿Qué?–
–Unirnos a la manada de Jacob.– mis latidos se aceleraron.
Sabía lo que eso significaba para Embry.
Sam fue quién lo ayudo a la primera cuando transmutó, ha aprendido tanto de la reserva Quileute que estaba olvidando poco a poco como era dónde pertenecía. Tenía a Jake, que era su mejor amigo, junto a Quil. Sam podría bien ser una figura paterna para Embry, pero él jamas dejaría atras a su hermano.–¿Estás seguro?– pregunté en un susurro.
Ryker comenzó a quejarse en nuestra cama. Ambos lo miramos, tenía sus ojitos abiertos.
–No.. – contestó con toda tranquilidad.– pero se lo debo a Jacob.
–Embry, – lo tomé de las mejillas.– tú no le debes nada a nadie. Lo que tengas pensado hacer, hazlo porqué lo deseas.. No por obligación.– negué con el ceño fruncido.– Sé que, si estar en la manada de Jake es lo que deseas, Sam lo aceptará porque sabe que es muy importante para tí, y sabe que de igual forma tú siempre estarás para él.
Miró a nuestro hijo todo el tiempo, aún así sabía que pensaba en lo que estaba diciendole.
–No te tortures así.– pedí acariciando su mejilla.
–Gracias..– cerró los ojos, escondiendo su cara entre mi hombro y mi cuello.
–Te amo, Embry.– besé su hombro y con lentitud me fui levantando.– Tenemos que asistir a esa cena, termina de alistarte.– le arroje una chaqueta negra de cuero.
–Sí, señora.– le patee la pierna, sonriendo.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro Inicio (II).
FanfictionCuando pensamos que apenas habíamos comenzado.. Ya teníamos mucho más en común que solo el amor del uno al otro.. Espero que ames este ser que llevo dentro más que a mi misma.. Te amo Embry.