Llegué a casa esa misma tarde y le conté a papá que Dexter me ve como una taza que se va a partir en cualquier momento. Para que me aconseje y me diga qué hacer. Estoy tan perdida que no sé cómo continuar.
—Suena como que Dexter padece de filofobia.
—¿Disculpa? —pregunté, desconociendo la existencia del término.
—Sí, sí, filofobia. Es el miedo a enamorarse. Quizá haya tenido una mala experiencia en el pasado. Es más común de lo que crees.
Chasqueo la lengua mientras proceso la información. Tiene sentido, de hecho. Me siento incluso estúpida de no haberme dado cuenta antes.
—¿Y entonces qué hago? Si le digo lo que siento seguramente saldrá corriendo.
Ya me había dado cuenta de que Dexter tenía un problema con abrirse y acercarse mucho a las personas. Sin embargo, el darle un nombre a ese problema, a ese miedo, solo me da la impresión de que podría ser más grave de lo que me parecía.
—No sé, Liis, no soy ningún experto en el tema. Demuéstrale que vas a estar ahí pase lo que pase. No lo sé. O hazlo entrar en razón y solo dile la estupidez que está cometiendo. Se está privando de una felicidad solo porque tiene miedo de que en algún momento acabe ¿Entonces cree que es más simple no estar feliz nunca y ya?
Asiento con la cabeza, algo confusa. No sé cómo voy a decirle todo eso. No sé cómo voy a dárselo a entender. No puedo ir y soltarle un monólogo. Mi padre sigue hablando y me esfuerzo por escuchar.
—Las cosas están hechas para acabarse, al fin y al cabo. Todo acaba en algún momento. Y si se priva de las pequeñas relaciones, de los pequeños placeres, de esas pequeñas felicidades, no se dará cuenta y se habrá perdido las mejores cosas toda su vida. La vida que también acaba.
—No me ayudas, ¿Qué se supone que haga?
—Tú lo sabrás mejor que yo, tú eres quien lo conoce. Yo solo me estoy haciendo el filósofo.
—¡Papá! Es en serio, no sé qué hacer.
Suspira—Si quieres mi consejo, yo te diría que le digas lo que sientes lo antes posible. Todo acaba, Liis. Los sentimientos también se desgastan si no los alimentas. Y la vida es demasiado corta como para andar desperdiciando sentimientos por ahí.
***
Decidí seguir el consejo de papá.
Estaba muy nerviosa. Me tomó dos noches enteras reunir el valor suficiente. Mi padre me dijo que debería decirle a Dexter lo que siento antes de que sea tarde; sin embargo, no dejo de creer que es demasiado temprano para confesárselo.
Es decir, sí, yo lo quiero. Y sí, él me quiere. Ambos lo dejamos muy claro en la clase de Bipolar. Sin embargo, no sé si él ya haya procesado y digerido sus sentimientos hacia mí.
Al fin y al cabo, él no le tiene miedo al rechazo, sino que le tiene miedo al amor en general. Quizá a que en algún momento deje de amarlo. Hay una gran diferencia.
Siendo franca, tengo miedo de que, una vez que procese sus sentimientos, huya de mí.
De todos modos, decido seguir el consejo de mi padre y decirle lo que sentía. Si él va a huir, al menos que me escuche primero ¿Verdad?
Ensayé una y otra vez lo que le diría, pero aun así no encuentro las palabras perfectas. No quiero sonar demasiado cursi, solo lo suficiente para hacerlo especial.
«Dexter, mi amor por ti no se compara con el amor que siento por cualquier otro»
Puaj, demasiado cursi. Es difícil encontrar el punto de cursilería exacta.
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Esquivando al Amor -COMPLETO
RomanceEstamos tan acostumbrados a las historias de amor con problemas clichés que a veces olvidamos que el mayor problema usualmente es el miedo. Y tú a mí me temías. Sí, qué terror que te daba. Y cómo me dolía que me temieras, y cómo me dolías por tantas...