#15 Otra vez, sin compañía

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Poco menos de una semana más tarde, es viernes y estoy sola en casa.

Pauso la película que estoy viendo cuando suena el teléfono y me levanto del sofá corriendo a atenderlo.

Resulta que, como era de esperarse, era mi padre quien llamaba. Le cuento lo que hice en el día y él me alegra con la noticia de que, si todo salía bien, él volvería a casa el lunes.

Luego de unos minutos riéndonos, él se despide y yo también lo hago. Mas no corto la comunicación y simplemente me quedo en silencio.

Siempre soy yo la que corta la comunicación, así que él ni se preocupa en fijarse si la llamada continuaba.

No es que yo no haya cortado la comunicación por mala o chismosa. Solo no quería sentirme sola ¿Cuántos adolescentes están solos en la casa un viernes por la noche? Escuchar a mi padre en el teléfono me hacía sentir al menos algo acompañada.

Esperaba escuchar el sonido de su respiración mientras tecleaba cosas en la computadora. Quizás esperaba escuchar cómo sorbía un café. Algo como eso, como cosas que puedes hacer en una oficina. Es por eso que escuchar a mi padre hablando con una mujer me descoloca un poco y hace que mi curiosidad despierte. Agudizo el oído para poder oírlos mejor y tapo el micrófono del teléfono con mi mano para que no haya forma de que ellos puedan escucharme.

—Deberías contarle a Liis sobre nosotros —susurra la mujer sospechosa. No es la primera vez que la oigo hablando. Muchas veces se oye de fondo pero la ignoro, dando por sentado que solo es una compañera de trabajo.

—Estoy buscando el momento adecuado. No quiero que piense que olvidé a su madre.

—A ella no le importará eso. Ni siquiera conoció a su madre. Si se entera de que le mentiste todo este tiempo, será peor ¡Ya llevamos tres años juntos, Carl!¡No quiero seguir siendo tu novia a escondidas como si tuviéramos quince años!

¿Tres años juntos? Trago saliva, pero continúo escuchando.

—¡Es que no es solo su madre! Ella cree que vengo aquí solo para trabajar. Ni siquiera sospecha que estoy saliendo con una ardiente mujer.

—¿Con que soy ardiente?

—Muy ardiente

No sé si deba estar escuchando esto. Espero por si dicen alguna otra información que desconozca. Sin embargo, cuando oigo cosas que suenan como besos, corto la llamada como acto reflejo.

¿Tres años saliendo juntos?

¿Tres años?¿Y jamás me dijo nada?

¿Tres años?¿Y nunca la conocí?

¡Puso a ella sobre mí todo este tiempo!

Tomo un gran suspiro y noto las lágrimas calientes en mis mejillas. No sé bien cuándo comenzaron a caer, pero, cuando las limpio descuidadamente con la palma de mi mano, enseguida caen otras para reemplazarlas.

¿Viaja por ella?¿No por su trabajo?

Tiro de mi cabello con fuerza mientras pienso qué hacer.

Creí conocer a mi padre. Creí conocerlo.

No puedo salir del shock. Continúo tirando mi cabello, con más fuerza.

Siempre me mostré tan comprensiva respecto a su trabajo ¡Pensé que él también necesitaba consuelo!¡Pensé que a él le dolía tanto dejarme como a mí me dolía verlo alejarse!

Siento palpitar la zona de los mechones de los que tironeé y recién entonces soy consciente de que me estoy haciendo daño. Tomo aire repetidas veces mientras pienso cómo calmarme.

Esquivando al Amor -COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora