Hubo unos segundos de silencio hasta que Dexter habló:
—Sean quiere comenzar.
—¿Qué? No, yo no quiero comenzar —protestó al instante.
—Vamos, Sean, ya sabemos que quieres jugar.
—Jugar, sí; comenzar, no. Que comience Julie, ella sugirió el juego.
—No hay problema. Yo comienzo —respondió la susodicha, desafiante.
—¿Verdad o castigo? —preguntó Dexter.
—Verdad.
—¿Cómo llegó la marca "A.S" al techo?¿Sabes quién fue? —preguntó Sean. Involuntariamente, una sonrisa invadió mi rostro.
—Sean, eres insoportable con esa marca. Debes aceptar de una vez que es una pregunta sin respuesta —lo cortó Dexter.
De todas formas, Julie le respondió a Sean, guiñándole un ojo—Guarda esa verdad para Aliisa.
—¿Fue Aliisa? —preguntó Sean boquiabierto.
—A.S. Aliisa Smith —susurró Dexter, tan bajo que apenas pude oírlo.
—¿Van a gastar mi verdad preguntándome si fue, o no, Aliisa?
—No —respondió secamente Dexter—. Cuenta, con todo detalle, cuál fue la vez más vergonzosa en la que te castigaron
—Sí, fue Aliisa, siguiente.
Wow, ya veo lo bien que guardas un secreto. Entrecerré los ojos en su dirección, me respondió encogiéndose de hombros.
—Ahora hablas —insistió Sean, repentinamente más interesado en el juego.
—Está bien —dijo Julie, arrastrando las palabras.
*FLASHBACK*
*Narra Julie*
Era el último día de clases. Ya habían terminado los exámenes y cerrado las notas. Es decir que estábamos en la escuela prácticamente de decoración.
La profesora, McAburrimiento, se fue unos minutos a la sala de profesores mientras leíamos la página 207 del libro.
—Vámonos, es nuestra oportunidad —le susurré a Yannick.
Caminé confiada hacia la puerta un paso delante de ella, segura de que me estaba siguiendo.
Nos dirigíamos a paso lento hacia la terraza pero, al llegar al segundo piso, oímos pasos y no encontramos más remedio que comenzar a correr.
Corrí pensando que Yannick me seguía por detrás; sin embargo, cuando llegué al cuarto piso, noté su ausencia. Iba a llamarla por el celular pero supuse que la preceptora, McDictadura, la había secuestrado y quizás yo también me metería en problemas si la llamaba, ya saben, por usar el celular "en clase".
Así que continué mi camino a la terraza sin Yannick. Sin embargo, cuando llegué allí, descubrí que la terraza ya estaba ocupada por tres hermosos chicos que conocía solo por haberlos visto algunas veces en los pasillos.
Amagué para volver al salón pero uno de los chicos, que se presentó como Oliver, me pidió que me quedara.
—Cuantos más seamos, será más entretenido—recuerdo que me dijo, y ¿cómo negarme?
Su belleza me nublaba un poco las ideas y, cuando los otros dos chicos se presentaron, estaba muy embobada con Oliver como para escuchar sus nombres, aunque sí noté que eran gemelos.
Nos quedamos hablando en la terraza un tiempo hasta que los amigos de Oliver recibieron una llamada y se fueron, dejándome a solas con él.
No creo que necesiten saber cómo me abalancé sobre él pero, si necesitara defenderme, diría que no podía desaprovechar la oportunidad.
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Esquivando al Amor -COMPLETO
RomanceEstamos tan acostumbrados a las historias de amor con problemas clichés que a veces olvidamos que el mayor problema usualmente es el miedo. Y tú a mí me temías. Sí, qué terror que te daba. Y cómo me dolía que me temieras, y cómo me dolías por tantas...