Narra Dexter.
Al terminar las clases del viernes, busco entre todas las caras de los estudiantes a Brithany. La encuentro a lo lejos, hablando con Megan y Oliver, sus amigos.
Tengo muy en claro lo que voy a hacer: romper con ella.
Debería haberlo hecho apenas me besé con Liis. Pero luego ella salió con lo de la relación abierta y lo vi como una forma de tenerlo todo.
Pero el mundo no funciona así. Porque mi problema con Liis es que me gusta y que quiero besarla todo el rato. El problema es que me gusta. Y si me gusta debería estar con ella y solo con ella. Y disfrutar del presente aunque en el futuro terminemos separados o muertos.
No voy a desaprovechar este momento de lucidez. Tengo que terminar con Brithany antes de que me ataquen mis miedos nuevamente.
Al verme, ella me saluda efusivamente agitando su mano de un lado a otro. Siento la vergüenza subir hasta mis mejillas al volverme el centro de atención de tanta gente ante su tan llamativo saludo. Para empeorar la situación, ella corre hacia mí y se acurruca contra mi pecho al llegar hasta mi ubicación. Siento cientos de pares de ojos sobre nosotros, pero quiero pensar que simplemente estoy exagerando.
—No te veo desde ayer por la mañana —lloriquea, mirándome a los ojos con una expresión triste— ¿No quieres recuperar el tiempo perdido?
La alejo sutilmente de mí, dando un paso para atrás. Meto las manos en los bolsillos de mi pantalón.
—¿Quieres ir a tomar un helado? Necesito comentarte algo importante —le pido.
—¿Sí? Yo también quería decirte algo importante. Pero vayamos a la cafetería mejor, oí que los viernes tienen una promoción para los estudiantes.
Así es cómo nos alejamos poco a poco de la escuela. Miro hacia el suelo durante todo el camino hasta que llegamos.
—¿Qué quieres pedir? —me pregunta, apenas nos dan los menús—. Yo invito.
—No hace falta, Brithany. Solo voy a querer un jugo de naranja.
—Yo quiero un té. Déjame pagar. Te debo unos dólares del almuerzo de la semana pasada —me recuerda, acercándose a la caja para ordenar antes de darme tiempo para replicar.
¿Qué estoy haciendo? Me pregunto. Debería decirle que quiero terminar con ella sin más.
Pero es más difícil de lo que parece. Jamás terminé con nadie en mi vida pero, según lo que vi en las películas, la otra persona siempre está muy triste luego.
Brithany regresa con un jugo de naranja y un té en sus manos, sentándose frente a mí. Ambos tomamos nuestras bebidas en silencio.
Finalmente, cuando me decido a hablar, ella lo hace al mismo tiempo que yo.
Vi suficientes películas para saber que nunca, jamás, debes darle la palabra a la otra persona porque podría decir algo súper lindo que podría hacerte sentir mal con la decisión que estás por tomar. Por este motivo, la corto diciendo:
—No. Déjame hablar a mí —Ella abre los ojos en sorpresa, pero cierra la boca—. Creo que deberíamos terminar.
No digo nada más y las palabras quedan en el aire. Ella parece procesarlas durante unos minutos, viendo fijamente el borde de la mesa.
—Yo... Yo creí que estábamos bien.
¿Qué se supone que deba responder a eso?
Decido no decir nada. Concentro mi atención en el vaso de jugo y revuelvo el azúcar que quedó sin disolver en el fondo.
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Esquivando al Amor -COMPLETO
RomanceEstamos tan acostumbrados a las historias de amor con problemas clichés que a veces olvidamos que el mayor problema usualmente es el miedo. Y tú a mí me temías. Sí, qué terror que te daba. Y cómo me dolía que me temieras, y cómo me dolías por tantas...