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KENDALL

Todavía no terminaba de analizar que iba a tener que compartir apartamento con ese inútil. Me había quedado sorprendida cuando al entrar lo vi. No sabía que hacer. La única solución era aguantar, no veía otra luz al final del túnel. Con suerte lo vería poco por allí, ya que nada más llegué, se marchó. Sólo necesitaba el apartamento para dormir, así que tenía que intentar coincidir lo menos posible con él, sino sería una tortura.

Aprovechando que él se había ido, hice un tour por el apartamento. Era muy espacioso. Al entrar lo primero que me encontré fue el salón,las paredes eran beige con muebles de madera color chocolate negro.La cocina estaba conectada con él salón, era americana con una pequeña isla. A la derecha estaba el marco de la puerta indicando el pasillo con un baño y dos habitaciones. Deducí al instante cual erala de Owen al cruzar el pasillo, ya que tenía la puerta abierta y era una auténtica leonera. Me adueñé de la otra habitación, era grande y sus paredes color blanco. Lo único que tenía era una cama de matrimonio en el medio del cuarto, a su lado una mesa de noche con cajones varios y enfrente un armario no muy grande, pero cabía todo lo que traía. Por último a su lado había un escritorio del mismo color madera del armario y de los muebles del salón. No iba a tardar mucho en tunear ese cuartucho.

Me instalé,me di una ducha, lo necesitaba para despejarme del largo y cansado viaje. Me vestí y me puse unos pantalones vaqueros oscuros con una camiseta de mangas cortas, larga, ancha y blanca con calaveras pequeñas de todos los colores, en último lugar me coloqué las Converse y salí del apartamento en dirección a la tercera planta. Quería salir con Zoe a dar un paseo por el campus y a tomar algo,cuando bajé del coche antes de haber subido al apartamento por primera vez, vi un bar-cafetería justo al lado del edificio donde estábamos alojadas. Ya había hablado antes con Zoe por teléfono y estaba muy contenta porque había tenido muy buena relación con su compañera, Layla. Por un momento sentí envidia al pensar con quien tenía que tratar de convivir yo.

Fui a su apartamento y pude conocerla, era una chica alta y rubia de lo más agradable y simpática. Sus ojos eran oscuros y su sonrisa era inmensa. Nos dirigimos las tres finalmente hacía el bar-cafetería de la esquina.

Llegamos y nos sentamos en una terraza con vistas a toda la Universidad. No pasaron más de dos minutos cuando un chico con camisa blanca y pantalones negros vino a nuestro encuentro.

-Buenas chicas, ¿qué os pongo por aquí? -preguntó el camarero sacando una libreta y un bolígrafo para apuntar lo que queríamos.

-Hola, ¿qué queréis? Yo me voy a pedir una cerveza -respondió Zoe mirándonos.

-Por aquí otra.

-Yo también quiero otra, y unas patatas fritas para acompañar por favor -dijo Layla mientras miraba al camarero y luego a nosotras.

-Perfecto, ¿algo más? -contestó el chico con camisa blanca mientras apuntaba lo que le pedíamos y nos escuchaba con atención.

-No, muchas gracias -respondí con una gran sonrisa en forma de agradecimiento.

Más tarde el camarero volvió con una bandeja para servirnos lo que le habíamos pedido, el chico era muy amable, nos dijo que si queríamos algo más sólo teníamos que levantar el brazo y venía lo más rápido posible. Mientras estábamos en aquella terraza tan agradable y tranquila, no podía dejar de mirar hacía mi alrededor sin creerme aún donde estaba.

-¿Estas cansada Zoe? Cuando quieras nos subimos al apartamento ya que has hecho un largo viaje en coche -dijo Layla haciéndome pensar que cuando suba tengo que volver a verlo. Me volvió a dar envidia Zoe.

-¿Me dejáis dormir en vuestro apartamento? No quiero entrar en el mío por favor.

-De eso nada Kendall, tarde o temprano tendrás que convivir con él y volver a verlo, te podrás escapar hoy, pero no durante todo el curso entero-respondió Zoe ante mi súplica mientras veía que Layla estaba más perdida que yo allí.

-¿Me podéis explicar qué pasa? Creo que hay algo que me estoy perdiendo.

-Es Kendall Layla, que le han puesto de compañero de piso a un imbécil con el que se chocó en el aeropuerto de Los Ángeles un mes antes de venir y tuvieron un gran enfrentamiento por que él es un poquito borde.

-Bueno... Un poquito... Yo diría que bastante y además de borde también desagradable, se cree que puede vacilarme como le da la gana. Y por destino o casualidad me ha tocado él como acompañante de apartamento porque no marqué en el formulario si quería chico o chica, me han puesto, como es lógico, lo que la organización a querido -contesté volviendo a tensarme cada vez que lo pensaba,mientras veía a Layla asombrada ante mi graciosa situación.

-¿Y por qué no pruebas a hablar con la organización? A lo mejor si le explicas el caso tranquilamente te pueden hacer el favor de cambiarte.

-Me temo que eso no es así Zoe. La organización se ha pasado casi todo el verano de reuniones para que nadie se quede sólo y ya están todas las parejas hechas, incluso todos los apartamentos completos ya que mañana empieza el curso, a lo mejor si hubieras venido con un poco más de tiempo, ellos lo hubieran mirado tranquilamente y habría alguna posibilidad, pero ya es demasiado tarde -respondió Layla mirándonos apenadas.

-Lo imaginaba, por eso ni he preguntado si se podía o no. Además este es mi sueño, estar aquí y no me voy a poner quisquillosa ni pienso molestar a la organización. Pero joder, ¡qué casualidad!

-Pues si que es casualidad... Y mala suerte. Oye, por curiosidad, ¿quiénes ese chico? A lo mejor incluso lo conozco -dijo Layla con curiosidad y como si nos hubiese escuchado, aparece Owen por la esquina de la terraza.

-¿Ves ese chico que viene por ahí? El que es increíblemente guapo con ojazos grises que acaba de cruzar la esquina y parece que viene, pues ese. Hablando del rey de roma por la esquina se asoma, este chico cada vez me da más miedo -respondí a su pregunta mientras me fijé que Layla cada vez abría más y más los ojos, cuando vi que empezaba a tener mala cara comencé a preocuparme. -¿Lo conoces?

No le dio tiempo a contestar cuando Owen se acercó a la mesa donde estábamos sentadas y le dio un gran beso en los labios. No sé por que razón no me gustó ver esa situación, una extraña sensación se apoderó de todo mi cuerpo, una sensación que hasta ahora no había sentido nunca.

La verdad que no sé a quien le impactó más esa situación; si a ella por haber escuchado todo lo que decíamos de su novio, a Zoe por que ahora iba a vivir una situación complicada o a mi por todo lo que me quedaba por aguantar entre esos dos.

-Si te refieres con conocerlo a que es mi novio, sí -dijo con voz firme y me dejó petrificada en el sitio. Ya no sabía que hacer ni que pensar. ¡Maldita sea universo, he tenido que hacer algo muy malo en otra vida para merecer todo lo que me está pasando en esta!

¡Muchísimas gracias una vez más por leerme! No sabes la felicidad que me recorre por el cuerpo cuando veo un comentario donde me pones que te está gustando la novela y que la estás disfrutando, es algo único, algo que me hace sentir más que bien. Si quieres que publique el próximo capítulo tan sólo tienes que darme un voto y si tienes alguna consulta comentame sin problema. ¡Gracias!

Que difícil es odiarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora