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KENDALL

¿Y ahora? ¿Qué se supone que debo de hacer? Ojalá viniera alguien en este justo momento a darme la solución correcta. O por lo menos a guiar el camino que debo tomar, aunque viendo la suerte que tengo, me parece un poco imposible que algo así suceda.

Siento un enfrentamiento conmigo misma. Mi corazón tira hacía un lado y mi cabeza hacía el otro, haciéndome crear una respuesta que ni yo sé darme. Estoy en un continuo, ¿quiero o debo?

Desde pequeña me han dicho que siempre escoja lo que me hace feliz, pero, ¿y si lo que me hace feliz, realmente me está matando? No sé a quién coño pretendo engañar, Owen me vuelve loca y no hay nada, incluso nadie que pueda evitar eso, ni lo que produce en mí en cuanto está a más de un sólo metro de mí.

Todo esto me termina consumiendo. Y lo sé. Sé perfectamente que me tengo que venir arriba, que tengo que seguir luchando como siempre lo he hecho. Pero hay momentos en la vida en los que te ves perdida y sin ningún rumbo, y así es como me siento yo en este instante.

-¡Hola! -grita en mi oído consiguiéndome dar un bote en la hamaca increíble, haciéndome salir de la burbuja en la que estaba metida.

-¡Joder! ¿Eres gilipollas o qué?

-En serio, da gusto hablar contigo -responde, y sin mirar para saber quién es, ya lo sé. El olor a vodka que sale de su boca y como le bailan las palabras al hablarme, se identifica sola.

-Casi me das un infarto Zoe, ¿qué quieres?

-¿Qué voy a querer?

-Pues tu sabrás, ¿no?

-Jajajaja -comienza a reírse mientras se tambalea. Juro que no estoy entendiendo nada.

-¿Qué te pasa? ¿De qué te ríes?

-Voy borrachísima Kendall.

-Ya, eso lo he comprobado solita -no sirve de nada responderle, va a su royo riéndose a carcajadas, sin tener ni idea de qué -.Zoe, ¿vas a querer algo o has venido aquí a estar conmigo?

-A estar aquí contigo, amiga mía -se acerca y comienza a besuquearme toda la cara entera. Dios, caigo en la cuenta de que está fatal. Desprende un olor tan fuerte a alcohol que incluso podría conseguir emborracharme a mí con tan sólo eso. ¿Pero cuánto ha bebido esta mujer?

-Zoe, para -recrimino separándola de mí.

-Amiga guapa.

-¿Estás de coña?

-Para nada, eres preciosa -responde para comenzar a volver a reírse. ¿Esto es una broma no? ¿Y la cámara oculta? -Por cierto amiga, tengo que decirte una cosa antes de que se me olvide.

-Dímelo ya, no creo que dure mucho tiempo ahí dentro -digo señalando su pequeña cabecita alocada.

-Tienes que dormir esta noche con Owen.

-¿Estás de broma no? -pregunto quedándome patidifusa sin poder decir nada más. Espero que sea una simple broma por estar borracha.

-¿Crees que me apetezca bromear a estas horas? Siéndote sincera, ahora lo que quiero es follar -dice mientras comienza a volver a reírse para después tambalearse. Se nota que no puede aguantar ni su propio equilibrio.

-¡Joder Zoe, fue el único puto favor que te pedí después de traerme aquí a traición, no dormir con él!

Y de repente siento que diga lo que diga, Zoe en estos momentos no está para escuchar a nadie, ya que a agachado la cabeza y pienso que incluso se ha dormido. Esto es un descontrol.

-¿Mmm?

-Nada Zoe nada, déjalo. Mañana hablamos más tranquilas, vete a descansar. Y gracias por hacer que pase una de las mejores noches de mi vida, gracias -repito la última frase a modo de ironía.

-De nada amiga, estoy para eso -responde volviéndose, y está claro que la ironía no es su fuerte. Y menos ahora.

No puede ser. No puede ser que todo esto esté pasando.

Ayer estaba en el apartamento sola y sin parar de pensar en Owen ni un segundo, sin obtener respuestas, sin saber si él también pensaba en mí, sin ni siquiera tener en mente cuando volvería. Y hoy, me veo de vuelta embobada al gris de sus ojos, dejándome envolver en los pensamientos de que esta noche dormiré pegada a él. Mi corazón no para de dar brincos de felicidad porque eso suceda, sin embargo, la cabeza, la parte de protección y amor propio, no quiere que eso ocurra bajo ningún concepto. Incluso me grita que huya, pero soy incapaz en estos momentos. Sólo puedo huir hacía sus brazos.

Y sí, ese es nuestro panorama. Estamos tumbados en el sofá de la zona de la piscina. Todos están dormidos y estamos solos. La casa está apagada y lo único que nos alumbra son dos pequeñas farolas que hay colocadas en el jardín, junto a la luz que desprende el fondo de la piscina.

Se podría decir que estoy en el paraíso. En sus brazos, apoyando mi cabeza contra su pecho mientras su olor corporal consigue embriagarme por completo.

Ojalá esta sensación pudiese durar años, estaría aquí incluso toda la vida. Pero sé perfectamente que mañana cuando me despierte, todo esto habrá desaparecido porque Owen es así, tajante, bipolar y extraño.

-Pensé que no volvería a verte -digo rompiendo el silencio que nos rodea, mientras sigo apoyada en su pecho.

-Yo pensaba que podría estar sin verte.

-¿Y no puedes?

-¿Tú qué crees pequeña?

-No sé que creer Owen, ya te lo dije antes.

-Yo tampoco puedo hacer nada para que me creas de un día para el otro, sólo te digo que si he vuelto no ha sido por Dylan.

-¿Te puedo hacer una pregunta?

-Dime.

-¿Piensas en quedarte o te marcharás de nuevo?

-No te lo he dicho, pero mañana por la tarde sale mi avión. Vuelvo a irme -responde mientras mi corazón comienza a partirse de nuevo. Ves como el momento "felicidad" no duraría mucho -.Pequeña, no te lo creas, que es broma.

-¡¿Eres estúpido?!

-Pensaba seguir con la broma pero te he mirado de reojo y pequeña, te has puesto pálida -dice soltando una carcajada. Mierda, empiezo a notar como de mis mejillas comienza a subir un calor muy intenso. Que vergüenza.

-No te soporto.

-Claro, por eso te ha gustado tanto la idea de que me vuelvo a ir. Yo te lo he notado.

-¡Que dejes ya de reírte inútil! -exclamo dándole un manotazo.

-No, no volveré a irme pesada.

Por fin, la respuesta que quería escuchar salir de su boca. Mi corazón vuelve a dar saltos de alegría, después del pequeño susto que me ha hecho pasar. Merece la pena por haber vuelto a ver su sonrisa. Joder, me encanta. ¿Y lo peor? Que no puedo evitarlo.

-Oye pequeña.

-Dime.

-¿Te apetece que nos vayamos ya a dormir? -pregunta en un tono cansado -. El viaje de hoy me ha dejado muerto.

-Sí claro, vamos.

Levantándonos de aquel sofá, separando nuestros cuerpos en aquel instante sin saber que en un rato se volverán a unir como si de un imán se tratase, porque los polos opuestos, se atraen.

¡Gracias por estar ahí lector! Incluso cuando pasan semanas y semanas sin publicar nada, ¡sigues ahí!
Ya he terminado todos los examenes, incluso el curso y eso quiere decir que voy a comenzar a ser constante con la novela. Todos lo jueves tendréis nuevo capítulo, y así hasta acabarla.
Un abrazo enorme, ¡espero que disfrutes del capítulo! ❤❤❤

Que difícil es odiarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora