OWEN
-¿Qué haces aquí cariño? -dije mirando a Kendall sin poder creer que estuviesen juntas. ¡Aquello era el mundo al revés!-Owen te presento a mi nueva compañera de piso, Zoe -cambió de tema mientras se dirigía a la otra chica que no conocía para presentármela.
-Hola Owen, yo soy Zoe, compañera de Layla y mejor amiga de Kendall, encantada de conocerte. Ya me ha informado Ken de que eres el compañero y por lo que veo el novio de Layla -decía mientras la mente se me nublaba al pensar todo lo que estaba sucediendo. Kendall se mantuvo callada todo el rato mientras estaba yo presente, su semblante estaba blanco y sus ojos verdes abiertos lo máximo posible.
-Chicas, os dejo que sigáis charlando de vuestras cosas, yo me subo ya al apartamento a descansar. Buenas noches -les dije por último despidiéndome de ellas e incorporándome suavemente a darle un ligero beso en los labios a Layla.
Este día no podía continuar peor, por eso decidí marcharme de allí cuanto antes y no buscar más problemas de los que ya había tenido por hoy.
Mientras subía en el ascensor hasta el sexto, no podía parar de pensar repetitivamente en la llegada de Kendall al apartamento y de la cara que se le había quedado cuando ha descubierto que Layla era mi chica, pero, ¿qué demonios hago pensando en Kendall y no en Layla?Por favor Owen, no te confundas... Nah, sólo que me ha echo gracia su cara de impactada.Llegué por fin al piso, pensaba que nunca se iba a acabar aquel día agotador. Me dirigí al baño y me di una ducha de agua fría para despejarme de todo lo ocurrido. El día de hoy había dado para mucho, descubrir que tendría que vivir durante todo el año con una cría, volver a ver a Max y para colmo que mi novia sea la compañera de apartamento de la mejor amiga de Kendall. Mi mente no paraba de darle vueltas a todo, pero es que le diese las vueltas que le diese tenía que asumir que aquello no iba a cambiar.
Fui a mi habitación y enseguida me puse un pantalón cómodo de chándal corto, pensé en ponerme una camiseta pero hacía demasiada calor. Por unos segundos me percaté de que Kendall ya se había instalado en su cuarto al pasar por su puerta y ver que tenía todas las cajas empaquetadas y sus maletas por allí en medio. Fui a la cocina a prepararme la cena y decidí hacerme un sándwich de jamón, queso y bacon, siempre me ha encantado esa combinación. Me senté en el sofá frente a la televisión mientras ponía mi serie favorita, stranger things. Es un capítulo repetido, pero me gusta igual.
Ya estaba acabando cuando la puerta del apartamento se abrió entrando Kendall por ella. Dejó las llaves en la entrada y sin decir absolutamente nada se dirigió hacía su habitación. No me importaba que no me hablará, incluso hasta lo prefería, aunque había descubierto que me entretenía enfadarla.
Salió del cuarto con ropa cómoda, llevaba una camiseta de tirantes naranja que le llegaba por encima de su rodilla, servía de vestido. Pasó por delante y ni siquiera me miró ni me dirigió una dichosa palabra. Mientras estaba de espalda en la cocina haciéndose de cenar, la observaba de reojo sin que ella se percatara. Desde mi distancia podía observar su larga melena negra rizada y su baja estatura.
-¿Nunca te han enseñado a saludar cuándo entras a algún sitio y hay alguien más? -dije iniciando la conversación mientras me seguía dando la espalda.
-Me han enseñado a tener respeto con personas que lo tienen conmigo, tú sin embargo ni existes para mi -respondió girándose y mirándome con cara de asco.
-Kendall, quieras o no tenemos que convivir durante un maldito año juntos. Sé perfectamente que no te gusta la idea, a mi tampoco es que me haga especial gracia, pero, ¿no crees qué es mejor tener una relación cordial para no estar incómodos ninguno de los dos?
-Tener una relación cordial ya sería tener algo y contigo no quiero ni compartir una miga de pan -dijo mientras su ceño se fruncía con rapidez -no me recuerdes que tengo que vivir todo el curso contigo, me entran arcadas.
-Pues nada pequeña, lo he intentado. Si quieres guerra la tendrás.
-¿Eso qué es una amenaza?
-Más que amenaza, yo diría que es una advertencia -contesté mientras me levanté del sofá y me dirigí hacía mi habitación a intentar dormir, lo que quería era no seguir en el mismo sitio que ella.
Kendall me resultaba una chica interesante y atractiva, no sé que diablos pasaba con ella pero nuestros enfrentamiento me gustaban más de lo que pensaba, disfrutaba como un niño chico. ¿Por qué vuelvo a pensar en ella? ¿Qué hago otra vez pensando en esa chica? Es muy desagradable Owen, por muy atractiva que llegase a ser. Piensa en Layla, Owen, piensa en Layla que te vas del tema... Ojalá pudiera mantener la cabeza sólo en Layla, ¿qué demonios me está pasando?... Es el cansancio, será mejor que duerma.
Maldita sea, son las tres de la madrugada y no paro de dar vueltas por la cama, no consigo pegar ojo. En un rato tengo que ir a clase y no tengo ni idea de que me pasa, ¿por qué no puedo dormir?
Volví a intentarlo dos veces más, cerré los ojos y pensé en el duro día que me esperaría en unas horas. Despertarme, volver a clase, volver a ver a toda mi gente, mis amigos que no he podido ver en verano porque se han ido fuera de la ciudad, volver a chocarme con la banda de Max... ¡Mierda! No pasa nada Owen, Max no está, él está en otra Universidad, lejos de ti. Cuando pasó todo aquello, él decidió irse de aquí y se lo agradezco, nos ha quitado un peso de encima a ambos.No podía pegar ojo, era imposible. Me levanté de la cama dirección a la cocina, a lo mejor con un poco de leche caliente conseguía dormir. Cuando pasé el marco de la puerta del pasillo me encontré a Kendall en el sofá dormida con la televisión encendida y el mando en la mano, no pude evitar quedarme parado frente a ella observándola, ¿cómo podía tener tanto carácter aquella chica? Creo que nunca he visto a ninguna con tanto tanto genio. Me acerqué más a ella y pude ver que estaba temblando, miré hacía la ventana y se la había dejado abierta, estaría muriéndose de frío. No sé por que, cerré la ventana y cogí una manta que había a su lado, se la tendí justo encima de ella. Verla en aquel sofá, profundamente dormida y tan vulnerable, no pude evitar sonreír inconscientemente. ¿Se dará cuenta mañana de qué la he arropado? Da igual.
Me preparé la leche caliente sin hacer ruido, no quería pensar en la posibilidad de despertarla y que se pusiese a dar gritos de histérica diciéndome que la he despertado, lo veía venir.
Lo bebí de un sorbo y volví a la cama, esta vez me quedé dormido sin pensar en nada. Mañana sería un día agotador, estaba seguro de ello.¡Infinitas gracias por leerme todas las semanas! Espero que estés disfrutando de la mágica historia de Kendall y Owen que no ha echo más que empezar. Si quieres saber que pasará finalmente con ellos, hazmelo saber votando y comentando. ¡Un beso enorme! 😊❤
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Que difícil es odiarte.
Genç KurguTodo es perfecto cuando te admiten en la mejor Universidad de San Francisco, con la que desde pequeña has estado soñando. Aunque todo sueño tiene su pesadilla, cuando descubres que tu acompañante de piso es quien menos te esperas. Aquel chico al que...