OWEN
Menos mal, hoy sólo tengo una clase y es por la tarde. Me maldigo cuando me levanto de la cama y veo que son las nueve de la mañana, ¿qué demonios hago despierto tan temprano?
Me meto en la ducha y me dejo absortar por mis pensamientos, como siempre. La ducha es el lugar donde le doy vueltas a todo, sin poder evitarlo.
En cuanto noto el agua fría caer sobre mí, un escalofrío me corre todo el cuerpo. Lo necesitaba, estos últimos días han sido un descontrol. Desde que vine de Los Ángeles no he visto a Kendall. Hace cosa de una semana que no sé nada de ella. Cuando entra en el apartamento yo salgo, incluso cuando ella sale, entro. Por una cosa u otra no hemos coincidido, ni aquí ni en los pasillos de la universidad.
Estos días me hacía falta un respiro. Me he dado cuenta de que a veces tan sólo necesitas un poco de calma para pensar y reflexionar sobre quien eres y que quieres. Tal vez te das cuenta de que a veces es eso lo que necesitas, y termina funcionando. Cuando sientes que todo se vuelve borroso y nublado, no está mal parar a enfocar para ver las cosas desde otra perspectiva.
Por fin es viernes y el cuerpo lo sabe. Aunque no cambia mucho que sea viernes porque en esta semana he salido durante todos los días con mi banda. Y ha sido lo mejor que he podido hacer, ellos me han despejado y han conseguido eso que tanto necesitaba, liberarme para poder pensar en mí.
Mientras estoy desayunando en la isleta de la cocina mi móvil comienza a sonar, cuando miro la pantalla es Dylan, ¿qué querrá ahora este cabrón?
-Hey Dylan, ¿pasa algo?
-Nada hermano, sólo era para decirte que te vengas esta noche con nosotros a la inauguración de una nueva discoteca que han puesto al lado de la playa, se llama Coconut.
-¿Una inauguración? -digo arrugando la nariz en cuanto lo escucho, no me he enterado de nada de eso antes.
-Sí, irá muchísima gente de aquí. Me han hablado muy bien de la fiesta, por lo visto me han contado que habrá tres dj's diferentes en la misma noche y barra libre. -responde explicándomelo con voz convincente.
-Mmm... Suena bien. -digo en modo pensativo para después meterme un bocado en la boca de tostada.
-Claro que suena bien Owen. Todo lo que sea noche, discoteca, alcohol, chicas y nosotros suena de maravilla. Además como te he dicho antes, mucha gente de la universidad también van. Los flyers los han repartido esta mañana en la puerta, así que a la mayoría los conocemos.
-Tiene buena pinta, aunque antes tengo clase.
-Buuuahh, no seas aburrido, es viernes. -dice cuando escucha mis quejas en un tono molesto.
-Bueno...
-¿Qué me dices?
-Voy, haré el sacrificio por ti.
-Eso es. Luego te escribo la hora y el sitio, hasta luego hermano. -respondió con voz de entusiasmo y pude notar su sonrisa de pervertido desde el otro lado de la línea.
-Venga perfecto, adiós anda.
En cuanto le cuelgo el teléfono empiezo a reírme sólo. Está loquísimo el cabrón. Dylan es mi mejor amigo, junto con Alex, pero él me ha marcado más. Nos conocemos desde que eramos muy pequeños y ha pasado conmigo todas las etapas de mi vida. Ha podido ver mi infancia, ya que no fue nada buena, podría decir todo lo contrario. También ha estado en mi adolescencia, que todo empeoró, las cosas se pusieron más feas de lo que ya eran. Y aun así nunca me ha fallado, siempre ha estado ahí. Por eso lo considero un hermano, en toda regla. A los veinte años que tenemos sigue ahí y a pesar de todo lo que sabe y lo que conoce de mi, no se ha alejado.
ESTÁS LEYENDO
Que difícil es odiarte.
Novela JuvenilTodo es perfecto cuando te admiten en la mejor Universidad de San Francisco, con la que desde pequeña has estado soñando. Aunque todo sueño tiene su pesadilla, cuando descubres que tu acompañante de piso es quien menos te esperas. Aquel chico al que...