Larry - Buenos días encanto. ¿Me extrañaste? Dijo mientras entraba a la recamara de su más astuta y peligrosa amante.
-Por su puesto mi príncipe, decía ésta mientras abrazaba a Larry por el cuello y le brindaba un seductor beso en los labios. - me ha abandonado últimamente, si no lo conociera mejor diría que ya no me quiere.
Larry - vamos! Sabes que eres mi favorita. Respondió mientras la tomaba de la cintura y la pegaba a su cuerpo, subiendo la intensidad del beso.
-Mmm... creo que valdrá la pena la espera mi príncipe, mencionó mientras levantaba la tela su mejor vestido y se recostaba debajo de el.
Larry - me amas? Preguntó tomándola con deseo y fuerza por el cuello.
-Siempre príncipe, no se lo he demostrado ya? Contestó ella con una sonrisa descarada y desafiante. No, no lo amaba, pero la llenaba de lujos y comodidades.Larry- si, pero me gusta que lo digas. No lo quería, el también lo sabía, pero era un juego de seducción en el que él dominaba y era complacido, y a cambio, recibía información del mundo bajo del que ella provenía, pues a pesar de quedar solo ella, su familia había sido una de las familias de mercenarios más peligrosas de su tiempo y tenía contacto con peligrosos traficantes y estafadores.
Larry -quién es tu amo? Volvió a besarla, pero esta vez con más suavidad, mordiendo delicadamente sus labios y soplando sobre ellos.
- tu mi señor-
Larry- ¿señor? Ya te he dicho que no soy un señor... Sonrió ofendido - Soy un príncipe entendiste. ¡Un príncipe! jadeó mientras apartaba las ropas entre ambos y la penetraba con fuerza. La hizo suya de manera posesiva, violenta, mientras ella respondía con rasguños y mordidas.
Lo conocía perfectamente y sabía cómo debía actuar cuando se ponía así, siempre lo complacía, pues sabía que tarde o temprano sacaría provecho de aquella relación.Larry era posesivo y muy temperamental, pero sus momentos de mayor calma eran después de tener sexo con ella.
Larry - Hiciste lo que te ordenó Mendez. ¿conseguiste el trabajo? Le pregunto mientras se levantaba para tomar una copa de vino.
-Si príncipe, tenía razón, conseguir trabajo con Reznikov fue más sencillo de lo que pensé. Sonrió con satisfacción. - Solo tuve que contar una historia tragica de mi niñez para que una de sus muchachas me diera el trabajo. Una tonta llamada Lorna me parece. Creyó cada cosa que le dije jaja.
Larry - Perfecto, tienes que ganarte su confianza para saber donde y con quién hace sus negocios. Esa maldita mujer se atreve a exigirle pagos a mi padre y no pienso tolerarlo.
-conozco a Méndez desde pequeña, y siempre ha querido tener todo lo que ella posee.
Larry- lo sé, el enemigo de tu enemigo es tu amigo, mencionó mientras regresaba a la cama y acariciaba su cuerpo desnudo. - Si conseguimos sabotear sus negocios y que pierda "accidentalmente"su mercancía, será más fácil arrebatarle su prestigio y poder deshacernos de ella.
-Y sin ella en el camino, Méndez podrá volverse el más rico de los mercaderes, y hacer buenos negocios con usted mi príncipe, terminó de decir.
Larry - Ves porque eres mi favorita Stella, la miro con agrado y acarició su rostro con el dorso de la mano. - no necesito explicarte las cosas para que entiendas.
Larry- Todo está resultando como yo quiero, tú y Méndez me conseguirán la cabeza de esa maldita vieja y mi padre se encargará de conseguirme a una refinada esposa, con un delicioso y solvente reino como dote, suspiró con cinismo.
Stella- ¿una esposa? Replicó confundida. Algo que Larry no pasó por alto.
Larry - jaja por supuesto primor, ¿en serio creíste que algún día me fijaría en alguien como tú?, la besó. - quiero casarme con Piper Chapman, una princesa, no con la hija de un mercenario sin dote alguno.