Capítulo 12

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Red- pues así queda todo majestad, en tres semanas regresará la princesa para supervisar las primeras ganancias, le aseguro que serán más que provechosas para usted y para mí.

Bill- concuerdo con usted madame, no por nada es la mejor en esto. - estoy seguro de que mi hija aprenderá mucho en sus estadías aquí.

Red- Gracias majestad, le aseguro que sí.

Bill- si es así, entonces es momento de retirarnos, ya todo debe estar listo en el campamento para regresar a casa, Piper, Polly. Dijo llamándolas mientras se levantaba de su lugar.

Piper empezó a respirar con más ansiedad, el tiempo se había terminado y no tenía forma de correr a ella para poder despedirse.

El rey y Piper caminaron primero hacia la salida dejando atrás a las demás.

Freida aprovecho y le hizo una señal discreta a Red para saber que iban a hacer, pero Red la vio con la misma duda, no tenía idea de cómo retrasar al rey o como llevar a Piper con la reina sin que éste hiciera preguntas y sin delatarla.

Freida- ¡El barco! Susurró con cara de haber tenido una excelente idea, después de unos segundos de haber pensando.

Red- ¡el barco!, eso es, respondió entre labios con la misma cara y sonriendo por tan buena idea.

Bill- bueno, pues es un placer haber venido a hacer negociaciones con ustedes, dijo en modo de despedida al llegar a su carruaje. - Espero poder regresar en algún otro momento, se dirigió a Red y a Freida.

Freida- así será majestad, estoy segura de eso.

Red- majestad disculpe... dijo volteando a ver a Freida, quien le regreso la mirada con complicidad.

Bill - dígame

Red- perdone... hay un embarque nuestro que acaba de llagar hoy, ¿le molestaría ir en caravana? También voy hacia el muelle.

Bill- por supuesto, no tiene que preguntar, sonrió.

Freida- si gusta la princesa puede ir con Galina, así platican un poco más sobre su pronto regreso, y sobre nuestra otra propiedad, ayer pasó la tarde ahí, y al parecer fue muy grato para ella, dijo guiñando un ojo, algo que sólo Piper notó.

Bill- ¿a sí? Bueno, ¿quieres irte con ella hija?

Piper-si padre, dijo subiendo rápidamente con Madame, pues entendía perfecto a lo que se referían.

Bill solo movió la cabeza, hace un rato Piper estaba completamente callada y con la cabeza en las nubes y ahora estaba feliz de irse con esa mujer.

Los carruajes comenzaron a andar, y Freida espero a que se alejaran lo suficiente, para tomar otro carro y dirigirse en la dirección contraria, debía ir por la reina y avisarle lo antes posible que la princesa se iba, no había tiempo que perder y aunque todo podía salir mal, al menos tenían que intentarlo.

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Alex se dirigía hacia la casa de Madame a todo lo que daba su caballo, quería saber que había pasado, quería saber lo antes posible donde estaba Piper. No importaba que no hubiera llegado, cualquier razón sería válida, cualquier excusa sería perdonada, cualquier cosa menos el silencio, dejarla sin saber por qué era la única grosería que no estaba dispuesta a tolerarle.

Cabalgaba tan ensimismada en sus sentimientos que no prestó atención al carruaje que se acercaba rápidamente en el camino, y no fue hasta que éste pasó junto a ella que pudo ser consciente de su presencia.

-Majestad! Escuchó desde adentro, el cual ya estaba dejando atrás, haciendo que volteara al instante ella y los que la acompañaban, y que detuvieran abruptamente sus caballos.

Freida- Majestad! Repitió la voz, la cual ya pudo identificar un poco.

Alex bajó desesperadamente del caballo y corrió hacia ella, con una sonrisa en su rostro.

Alex-¿Piper?... Preguntó emocionada viendo dentro del carruaje, sin embargo, ahí solo estaba esa mujer, viéndola con alivio, pues no tuvo que recorrer todo el camino hasta la residencia... - ¿Y Piper? Repitió borrando la alegría de cara.

Freida- majestad... Galina me mandó por usted, es urgente que venga conmigo.

Alex- de que habla ¿Dónde está Piper?

Freida- en el muelle, dijo con cautela, - está a punto de zarpar majestad.

Alex- ¿se va? Mencionó frunciendo el ceño y sintiendo un vacío en el estómago, - ¿por eso no vino? ¿se va sin decir nada? Hablaba con decepción y enojo.

Freida- no majestad, le respondió con dulzura tocándola ligeramente del hombro, -ella quería venir con usted, de eso no tenga la menor duda - ha flechado completamente el corazón de esa niña, le sonrió - y sé que la señorita Piper morirá de tristeza si no logra despedirse de usted.

Alex- y porque no vino ella misma, ¿le pasó algo? ¿Está bien?

Freida - majestad por favor, no hay tiempo para preguntas, vamos para que ella misma las responda.

Alex entendió y regresó con su caballo inmediatamente.

Freida - sígame, hay otro camino más directo para llegar al muelle sin tener que cruzar el centro de la ciudadela.

Alex asintió y se fueron todos tan rápido como podían.

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