El tiempo transcurría para el reino del sur y el plazo para saldar sus cuentas terminaba, lo que hacía que Howard Bloom tuviera un pésimo humor todo el tiempo.
Explotaba a su gente con jornadas más largas y castigaba severamente a cuanto sirviente se equivocara o se cruzara en su camino, los impuestos eran cada vez mas altos y los estragos por la falta de alimentos eran ya muy notorias en cada rincón del reino.Algunos de los señores mas importantes y antiguos del reino, confiados en que serían escuchados, se atrevieron a presentar su malestar al rey por todas las imposiciones y exigencias recibidas en las últimas semanas, hecho que solo hizo irritar y colmar aún más a Bloom, el cual sin titubear mando a azotar a dichos señores, despojándolos de las tierras, títulos y todos los privilegios de los que relativamente gozaban, haciendo con esto que todos los demás señoríos bajaran la cabeza y acataran todas las imposiciones decretadas.
Ahora tenia tierras sin trabajar y debía concederlas a alguien más, pero no confiaba en su propia gente así que recurrió al consejo de su hijo, brindarles todos esos terrenos a forasteros, extranjeros que le juraran lealtad y servicio a cambio de títulos nobiliarios y estatus social.
Howard- ¿donde esta mi hijo? Pregunto desde su estrado a todos aquellos sirvientes que se encontraban en el salón principal.
-Aun duerme en sus aposentos majestad. Dijo temeroso el que se encontraba más cerca de él.
Howard- ve por él, dijo seriamente, haciendo que aquel joven obedeciera al instante.
-disculpe príncipe, se atrevió a decir mientras abría lentamente la habitación de Larry. -el rey exige verlo en el salón.
Larry quien ya estaba siendo vestido por la servidumbre, solo lanzo una mirada de desprecio por la interrupción y continúo viendo a través del gran espejo de su habitación cómo aquellas mujeres terminaban de arreglar su vestuario. El joven entendió perfectamente esa mirada y regresó al salón a informarle al rey que en unos minutos llegaría.
Larry- ¿me buscabas padre? Pregunto al entrar al salón.
Howard- si
Larry - dime, respondió al ver la seriedad de su padre.
Howard--quiero que busques a esas amistades de las que me hablaste y las traigas ante mi.
Larry-por supuesto padre, dijo acatando la orden, - pero, ¿que sucede? preguntó intrigado.
Howard-he despojado a todos los señores que se atrevieron a ofenderme con sus quejas y reproches, replicó sin más, - y quiero que alguien de confianza se haga cargo de ellas.
Larry-entiendo padre, sonrió al escuchar la noticia, -regresaré de nuevo a las islas para hacerle la oferta a los más interesados.
Howard-estarán a tu cargo, así que si fallan será tu responsabilidad.
Larry - Descuida padre, te garantizó que no darán problemas. -de hecho me han dado información muy valiosa que puede serte de mucha ayuda.
Howard- ¿de que se trata?
Larry- información sobre los Vause padre.
Howard- los Vause?, exclamó sorprendido, pues al igual que Larry es algo que no esperaba.
Larry- así es, Alexandra Vause "La reina de los bosques", dijo burlonamente sentándose junto a su padre, - al parecer todas esas tierras está siendo gobernadas nada más ni nada menos que por una mujer.
Howard- ¿una mujer?, repitió seriamente, - ¿estás seguro?
Larry- Absolutamente padre, y eso no es lo peor, prosiguió - su principal comercio es el de armas, y ya te imaginaras quien es la única que goza de dicho acuerdo.