Cita a ciegas. [Brick&Bombón]

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· Las Powerpuff Girls y sus personajes NO me pertenecen.
· Escribo esto con el único fin de entretener.

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Brick miró la hora en su teléfono antes de entrar en el restaurante. Faltaban quince minutos para las nueve de la noche, la hora prevista para su cita a ciegas. Debía admitir que estaba nervioso, no sabía quién era la chica que estaba esperando, ni cómo era, ni si se gustarían.

El organizador de todo aquello había sido su amigo Butch, que llevaba días insistiendo en que debía conocer a una amiga de su novia Bellota, porque a su parecer, ya era hora de que él también se echara una novia y estaba seguro de que esa chica le iba a gustar. En cuanto el pelirrojo accedió, su amigo se encargó de reservar mesa en un restaurante cuyo nombre no quiso decirle hasta esa mañana para no estropear la sorpresa.

Y menuda sorpresa, era precisamente el tipo de sitio que a Brick no le gustaba. Si bien era cierto que no era un lugar del todo desagradable, más bien lo contrario, también lo era que se trataba de uno de aquellos restaurantes de cocina moderna que Brick definía como "mucho ruido y platos vacíos". Muy bonito todo, pero te vas más hambriento que cuando llegaste.

Miró disimuladamente su reflejo en el cristal de la puerta para ver si iba bien y se decidió a entrar, prefería esperar dentro sentado. Solía llevar una gorra roja, pero esa noche la había dejado en casa porque creyó que la ocasión requería un aspecto más "formal". Pero para Brick un look formal era solo eso, quitarse la gorra. Por lo demás, llevaba unos jeans negros, una camiseta roja y unas bambas del mismo color; era su estilo, y si a esa chica no le gustaba, era problema de ella.

- Buenas noches, joven - le saludó un hombre trajeado. - ¿Tiene reserva?

- Sí, a nombre de Brick Him.

- Un momento - contestó mientras revisaba una hoja. - Sígame, por favor.

No había mucha gente, la mayoría eran parejas que charlaban animadamente mientras cenaban. Pasando junto a las mesas, el pelirrojo pudo ver algunos platos y confirmó lo que se temía; las porciones que servían eran muy pequeñas, por no mencionar que no estaba claro qué eran aquellas cosas de colores variopintos y formas extrañas. ¿Cómo podía la gente comer eso voluntariamente? Butch era un cabrón por elegir ese sitio.

Finalmente llegaron a una mesa para dos y Brick tomó asiento.

- ¿Quiere que le traigan algo de beber mientras espera a su acompañante?

- No, gracias, estoy bien.

El metre asintió y regresó a su puesto junto a la entrada en lo que Brick empezaba a ponerse más nervioso. ¿Y si le dejaba plantado? No, no podía ser, Butch le había dicho que era una chica muy comprometida y responsable con lo que hacía y decía. Si había dicho que iría, lo iba a hacer. ¿Y si no la reconocía? El ojiverde no había querido decirle qué aspecto tenía la susodicha, solo que tenía diecinueve años, igual que él, y que se llamaba Bombón. Tal vez debió quedarse esperando fuera, pero no importaba, desde donde estaba sentado podía ver la calle a través de la puerta, así que en teoría no pasaría desapercibida.

Miró de nuevo la hora, todavía faltaban... once minutos. Justo empezaba a pensar que hubiera sido mejor llegar a la hora exacta para no esperar, cuando vio que la puerta se abría.

No estaba seguro de si esa era la chica que esperaba, pero desde luego deseó que fuera ella. Tenía el cabello rojo, largo hasta la cintura y lo llevaba suelto. Calzaba unas sandalias negras de plataforma, llevaba un pantalón tejano que resaltaba su figura y una blusa rosada con botones negros.
La joven miró hacia las mesas como si buscara a alguien con la mirada, y las sospechas de Brick se confirmaron cuando el metre la llevó hasta su mesa.

Project Powerpuff: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora