Project Powerpuff: One-Shots

¿Y ahora qué? [Brick&Bombón]

One-shot que se me ocurrió escuchando la canción "Así estoy yo sin ti", de Joaquín Sabina.
Las Powerpuff Girls y sus personajes NO me pertenecen.
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Otra noche en que Brick apenas podía dormir, atormentado por el dolor y las pesadillas.

Habían pasado días desde aquello, tal vez semanas, no lo sabía con exactitud, pero le estaba pareciendo una eternidad: una eternidad sin ella.
Sus hermanos habían dejado de hablarle, los ciudadanos, pese a ser gente corriente sin poderes, se habían organizado para lincharle tras lo ocurrido. Se odiaba a sí mismo, todo se había sumido en tinieblas para el pelirrojo.

El recuerdo de aquella tarde le torturaba día y noche, a todas horas, repitiendo una y otra vez las imágenes que se le habían quedado grabadas a fuego; cada palabra, cada ataque, cada partícula de luz, cada cosa bonita y color que habían quedado de la Powerpuff rosa.

En sus pesadillas se veía bajo la lluvia de colores, corazones y estrellitas una y otra vez, y la voz de Bombón lo despertaba, como cada noche, repitiendo la última frase que la había oído decir: "Creía que habías cambiado...". Sin embargo él no lo creía, no en ese momento, pero habría de hacerlo después.

Solo cuando perdió a Bombón fue conciente de lo que ella significaba para él, de lo especial e importante que era, y de cuánto la quería. Y cuanto más tiempo pasaba, más se daba cuenta de lo vacío y perdido que se sentía sabiendo que ella no existía, y el dolor aumentaba por el hecho de que él era el culpable de que las cosas fueran así.

Townsville era ahora otra ciudad, él era otra persona; todo era distinto sin Bombón.
A Brick le parecía oír su voz a veces cuando salía a pasear de noche, buscaba su estela rosa en el cielo a todas horas, y en ocasiones se despertaba pensando que todo había sido un mal sueño, pero no lo era. Lo había jodido todo.

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que derrotó a su archienemiga cuando regresó al lugar donde pasó todo. Subió a la azotea del rascacielos más alto de la ciudad y caminó con pasos lentos e inseguros.
Las lágrimas corrieron por sus mejillas como pequeñas cascadas cuando llegó al punto exacto desde el que le lanzó ese rayo rojo que terminaría por poner fin a la pelea de aquel día, y a todas las peleas futuras, porque ese rayo dejó a Brick sin su contrincante, su otra mitad: sin Bombón.

La explosión había deslumbrado a media ciudad, como aquel día en que él y sus hermanos habían estado a punto de derrotar a las chicas en su primer encuentro, solo que esta vez él lo consiguió. Fue una victoria tan inesperada como amarga, y fue solo cuestión de segundos que cayera en la cuenta de que no había sido una victoria para él y una derrota para Bombón, sino que el derrotado había sido él una vez más, a pesar de haber ganado.

Sí, había ganado, pero nunca imaginó que las cosas acabarían de esa manera. No imaginó que los nuevos poderes que Him le había proporcionado serían tan destructivos. No imaginó que derrotar sería sinónimo de... destruir, literalmente, como había sucedido con él y sus hermanos una vez.

Se dejó caer de rodillas al suelo y entonces se fijó en un pequeño corazón rojo que había quedado de aquel día. Lo recogió y lo apretó con tanta fuerza en su mano que sus propias uñas se le clavaron en la piel. Pero eso no le dolió tanto como la certeza de que ese corazoncito era lo que le quedaba de su Powerpuff favorita.

¿Y ahora qué?
¿Qué, cuando tuviera ganas de verla? ¿Qué, cuando ansiara escuchar su voz? ¿Qué, cuando la extrañara a más no poder?

¿Qué? Ahora que sentía que no podía vivir sin ella...