Visitas nocturnas y ventanas rotas. [Brick&Bombón]

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· Las Powerpuff Girls y sus personajes NO me pertenecen. Escribo esto con el único fin de entretener.
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"...y once días con sus noches.

Toda la vida dijo."

Y ahí se terminaba el libro. Bombón lo dejó en la estantería junto a los otros tres que había leído en lo que iba de mes y bajó hasta la cocina para dejar la taza en la que había bebido té un rato antes.

Al salir de su cuarto no encendió la luz del pasillo, sino que bajó las escaleras volando sin prisa y se deleitó mirando las luces de colores del árbol de Navidad. Sus pies tocaron la suave alfombra de la sala de estar y se encaminó entonces hacia la cocina, donde sí encendió la luz.

Sus hermanas habían dejado el lavavajillas lleno de platos sucios y se habían olvidado de ponerlo en marcha antes de salir. Desde que habían empezado la Universidad, Burbuja y Bellota iban a fiestas cada dos por tres; en casas de compañeras, a discotecas... esa noche concretamente estarían en casa de Mitch Mitchelson con motivo del 20 cumpleaños del chico.

A Bombón la habían invitado a algunas fiestas, pero después de que en tres ocasiones rechazó la invitación, dejaron de hacerlo; y es que a ella no le gustaban esos ambientes donde la música era alta, todos bebían y todo olía a tabaco. Por eso a menudo se quedaba sola en casa por las noches, estudiando, mirando la tele o preparando algún postre. El profesor solía estar allí, pero a veces tenía que viajar por trabajo, como esa semana. Por suerte iba a volver a tiempo para pasar la Navidad con sus niñas, que ya no eran tan niñas, pues pronto cumplirían los 20.

A falta de tres días para Navidad, Bombón había hecho galletas que había pegado de dos en dos con chocolate y que iba a poner junto al árbol para Santa Claus. Pero sospechaba que tendría que hacer otra bandeja porque a sus hermanas les encantaban y probablemente se las iban a comer nada más regresar de la fiesta.

Metió su taza de té en el lavavajillas, lo puso en marcha y volvió a su habitación sin prisa. Faltaba poco para la una de la madrugada y ya tenía sueño, así que se preparó para irse a la cama.

Primero soñó con que estaba en clase sola, no podía volar y alguien había dejado las ventanas abiertas; ella tenía frío, pero no alcanzaba para cerrarlas. A continuación, se daba la vuelta para salir del aula, y al empezar a caminar oía crujir algo debajo de sus pies, como si estuviera pisando migas de pan secas, o algo parecido. Al salir de la clase, veía un gato anaranjado parado en medio del pasillo que comía de un plato roto. El gato masticaba lentamente y ella oía el crujir de la comida en su boca como si estuviera dentro de su cabeza. De pronto, el gato enseñó las uñas y se lanzó hacia ella, dándole un susto que terminó por despertarla.

— ¿Qué, otra pesadilla? Ya van dos esta semana — murmuró una voz en la oscuridad.

Bombón respiró hondo y miró hacia la ventana, que era de donde provenía la voz. Frunció el ceño, mas no respondió.

Brick estaba sentado en el alféizar, con las galletas que ella había dejado junto al árbol un rato antes. Se las comía lentamente, masticando de manera que hiciera el máximo ruido posible y dejando entrar todo el frío al haber dejado la ventana abierta. No era la primera vez que el pelirrojo aparecía en su cuarto sin avisar, pues a veces se presentaba para molestarla o sacarla a pelear aprovechando que estaba soñolienta y desprevenida. No la sorprendió tanto el hecho de verle ahí, sino oír que había estado allí otro día de esa semana y ella ni siquiera se había enterado.

— No están nada mal — comentó el pelirrojo — crujientes y dulces — continuó antes de comerse la última, que tenía forma de arbolito navideño. — Ponles más chocolate la próxima vez.

Project Powerpuff: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora