Project Powerpuff: One-Shots

Un día de nieve. [Butch&Bellota]

· Las Powerpuff Girls y sus personajes NO me pertenecen.
· Escribo esto con el fin de entretener.
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— Oh... esto no acabará bien.

— ¿A qué te refieres, Bombón? — preguntó su hermana de ojos celestes.

Bombón miraba por la ventana con una taza de chocolate caliente en las manos. En la habitación se encontraban, además de ella y su hermana Burbuja, su prima Bunny y dos compañeras de clase llamadas Bell y Robin. Estaban de excursión en la montaña y era su primer día en el hotel.

— Bellota está haciendo un muñeco de nieve... y Butch se le está acercando por detrás con una enorme bola de nieve en las manos — explicó la pelirroja.

Burbuja saltó de su cama para ver qué sucedía abajo. Las demás chicas no se levantaron, pues aún estaban cansadas tras el viaje. Abajo, la hermana ojiverde de Burbuja y Bombón tarareaba una canción mientras le daba forma a la cabeza de su muñeco, ajena a que estaba a punto de recibir una gigantesca bola de nieve en...

— Tres, dos, uno... — contó Bombón.

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— ¡Ven aquí, Butch Him! ¡En cuanto te pille te voy a llenar los pantalones de hielo y te voy a patear hasta que tus posaderas queden tan rojas que derritan la nieve! — amenazaba Bellota mientras corría detrás del susodicho.

El manto de nieve que cubría el suelo dificultaba la persecución, pero aun así ambos eran bastante rápidos. Butch reía a carcajadas sin hacer caso de las amenazas de su compañera de clase, ¡era tan divertido para él hacerla enojar!
Al recibir la gran bola de nieve que le había lanzado, la chica había perdido el equilibrio y había caído encima del muñeco, destrozándolo casi por completo. Tanto trabajo para nada...

— Eso si me pillas.

— ¡No podrás huir eternamente!

Butch siguió corriendo hasta que sin querer llegó a una parte del patio donde habían limpiado la nieve, pero había quedado una fina de capa de hielo en el suelo. Resbaló y cayó de bruces dejando escapar un quejido de dolor. En ese momento Bellota se detuvo, empezó a coger nieve con la que hizo bolas y se las lanzó al moreno, que aún se esforzaba por levantarse del suelo resbaladizo.

— ¡Basta, basta! — pidió él, pero Bellota no paró.

— Eso va por mi muñeco — dijo lanzándole más bolas con todas sus fuerzas. — ¡Iba a participar en el concurso de muñecos de nieve con él y lo has fastidiado todo! — continuó tirando con más saña.

— Pero si era muy feo — replicó Butch al tiempo que se tapaba el rostro para protegerse del ataque de la chica. — No tenías ninguna posibilidad de ganar.

— ¡Retira eso!

— Ni hablar, lo mantengo — afirmó y se cruzó de brazos sentado en el suelo, un segundo más tarde otra bola se estampó contra su cara. — ¡Eh! — gruñó. — Yo lo habría hecho mil veces mejor.

— ¿Eso crees?

— No lo creo, lo sé. Es más, voy a apuntarme y te demostraré lo bueno que soy.

— Me gustaría ver cómo lo intentas.

— Pues veremos quién consigue más puntos — dijo con firmeza. — Buena suerte, la necesitarás.