Project Powerpuff: One-Shots

Reencuentro. [Burbuja&Boomer]

· Las Powerpuff Girls y sus personajes NO me pertenecen.
· Escribo esto con el fin de entretener.
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Hoy veo caer la lluvia a través de mi ventana, aburrido. Hace un rato me apetecía salir, pero con este tiempo ya se me han quitado las ganas. Quizás podría dormir un poco más, anoche me quedé estudiando hasta tarde para el examen de historia que tengo el lunes.

Cierro las cortinas pero dejo la ventana abierta para poder oír el repiqueteo de las gotas de lluvia, es algo que me relaja siempre. A continuación me tumbo en la cama, pero no pasan ni dos minutos y mi teléfono empieza a sonar.

— Hola, mamá — la saludo. Me llama cada día desde que me fui de nuestra ciudad por la Universidad.

— Boomer, no te vas a creer lo que voy a decir.

— ¿Qué pasa? ¿Butch va a ser padre? — pregunto bromeando sobre mi hermano.

— Muy gracioso, y espero que notes el sarcasmo. Pero no, esto no tiene nada que ver con tus hermanos. Adivina quién ha vuelto al barrio.

— No lo sé, mamá. ¿Quién? — empiezo a cansarme de tanto misterio.

— ¡Tu amiguita Burbuja! ¿O es que ya no te acuerdas de ella?

Me tiembla la mano y me quedo sin palabras. Compruebo en el calendario que tengo colgado en la pared que no sea el día de los Inocentes; no lo es. Faltan dos meses para eso. ¿Será posible? ¿Burbuja ha vuelto?

— Boomer, ¿me oyes? ¿Hola?

— ¿Estás segura de que era ella?

— Claro que sí. Sigue llevando sus inconfundibles coletas y me ha dicho que es ella. Yo también lo se pregunté, por si acaso — añade riendo. — ¿Quieres que le pida su número y así la llamas?

— No, no le digas nada. ¿Sabes cuándo se volverá a marchar?

— No se va a marchar, parece que han vuelto para quedarse. Por eso te digo que si...

— Gracias mamá, adiós.

Cuelgo y me quedo mirando el móvil, asimilando la noticia... Han pasado tantos años desde la última vez que la vi que ya pensaba que nunca volvería a saber de ella.

Flashback.

Era un día soleado, pero el clima no concordaba con las emociones de los dos niños rubios que jugaban en el parque; una niña con coletas altas y un niño de mejillas salpicadas por algunas pequitas. Ambos estaban tristes, pues ella se iba de la ciudad al día siguiente.

— Te voy a echar de menos, esto no será lo mismo sin ti — dijo el pequeño con un tono triste.

— Yo también te echaré de menos. Pero no te preocupes, seguro que pronto volveremos a vernos.

— Supongo que volverás para las vacaciones de verano, ¿no?

— Eso creo. Y cuando vuelva nos compraremos dos helados de chocolate de los grandes.

— Eso suena bien. Ya tengo ganas de que vuelvas, y eso que aún no te has ido.

— Yo me siento igual. Te llevaría conmigo en la maleta si pudiera.

— Sería genial. Eso me ha dado una idea, algún día podríamos hacer un viaje juntos.

— ¡Sí! — exclamó la chica. — Será muy divertido.