Project Powerpuff: One-Shots

Secret love. [Butch&Bellota]

· Las Powerpuff Girls y sus personajes NO me pertenecen.
Espero que os guste. c:
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Empezaba a anochecer y el frío obligaba a la mayoría de ciudadanos a refugiarse en sus casas nada más salir del trabajo, de la escuela o del supermercado; de dondequiera que estuviesen.

El parque estaba totalmente vacío, y la oscuridad, así como el sonido del viento, le daba un toque un tanto siniestro. Y si a eso se le sumaba que el edificio más cercano estaba a diez minutos andando, la cosa no mejoraba. Pero cuando tienes superpoderes, eso no es algo que deba preocuparte.

Bellota estaba sentada en uno de los tres columpios que había junto al tobogán. Tenía las manos metidas en los bolsillos y rayaba el suelo húmedo con la punta de sus zapatos. De pronto, un par de manos le taparon los ojos desde atrás.

— Adivina quién llegó.

La morena sonrió, no le hacía falta oír su voz para saber que había llegado o para descubrir quién era. De hecho le estaba esperando y el viento lo delató unos segundos antes, llevando su fragancia hasta ella.
La ojiverde iba a levantarse, pero en eso notó que el columpio era empujado y rápidamente se agarró a las dos cadenas que lo sujetaban. Bastó con dos empujones para que el columpio llegara a la máxima altura que podía alcanzar, y al tercero, Bellota se soltó porque las cadenas iban a enredarse en la barra superior que iba desde el tobogán hasta el tercer columpio.

Se quedó flotando en el aire unos segundos antes de que una estela verde, más oscura que la suya, volara hacia ella y ambos terminaran rodando por el suelo... riendo a carcajadas. Sin parar de reír, Butch le dio un pico en los labios, acto seguido se levantó y le tendió la mano para ayudarla a levantarse también; momento que aprovechó para atraerla hacia él y besarla otra vez. Después del beso, ambos miraron el columpio, que ahora estaba enrollado alrededor de la barra de metal como un espagueti en un tenedor.

— Esto es por lo que me hiciste en el tiovivo el otro día. — dijo el moreno. — Ahora estamos en paz.

— Casi lo había olvidado — comentó ella. — ¡Dabas vueltas como una peonza! — recordó riendo.

— Solo de recordarlo me mareo. Eres muy mala.

— Mira quién lo dice, aquí el villano eres tú.

— Y eso es algo te encanta de mí — replicó orgulloso y la chica rodó los ojos.

— Sabes que esa es una de las cosas que no me gustan de ti — aclaró.

— Pero a pesar de eso estás aquí conmigo ahora, chica rebelde. ¿Qué dirían tus hermanas? — inquirió burlón.

— Burbuja probablemente se quedaría en shock, y Bombón, toda disgustada, me soltaría un sermón sobre lo que es correcto y lo que no. Pero me da igual... no quiero pensar en eso.

— Pues algún día tendrán que enterarse. Esto de tener una relación clandestina es muy emocionante, pero no quiero tener que esconderme toda la vida para poder verte.

— Yo tampoco, Butch, pero tengo miedo de que todo se arruine cuando los demás se enteren...

Él la cogió suavemente del mentón y le ofreció una pequeña sonrisa antes de darle un beso.

— No te preocupes por eso, no lo voy a permitir. Si no aceptan lo nuestro, por mí se pueden ir todos a la mi*rda.

Ella sonrió.

— Eres el mejor, Butch.

— Claro que lo soy — corroboró el susodicho. — Y tú también, por eso hacemos tan buena pareja — concluyó guiñándole el ojo y sacándole otra sonrisa a ella.

— ¿Vamos a dar un paseo?

— Todos los que quieras, nena.