Te digo que tu rubio me enamora ( Niall Horan )

CAPÍTULO 27

Lo tenía decidido iba a dejar la gira, lo iba a dejar todo, a Niall, a mi futura fama, TODO, no aguantaba no ser aceptada por las Directioners.

Lo publiqué en Twitter:

- Hoy es mi última actuación, las Directioner no me quieren y no me gusta estar así.

A los cinco minutos de estar gritando cesaron y yo ya tenía miles de respuestas, diez eran de ánimo, pero una era mala, de mil, cincuenta eran malas, esas me partían el alma.

Niall me dio la entrada, decidí no contárselo pero la mayoría de las Directioners lo sabían porque publicaban sus fotos en Twitter, casi todo el estadio gritaba.

- Ánimo-

Pero cinco idiotas, casualmente mis ex amigas, gritaban, - Fuera-.

Las de Twitter eran ellas y las que me abucheaban al principio también.

Me hice cargo del micro:

- Buenas noches. Creo que me voy a retirar por cinco imbéciles, tres de ellas antes eran mis amigas y dos siempre han sido mis enemigas por llamarlas de alguna manera. Me seguían a todas partes pero no sabía para qué, pero ya lo sé, es para arruinarme mi vida perfecta, la que siempre había soñado, sois unas ratas -las señalé- os merecéis el infierno, pero quedaos tranquilas que abandono, canto dos canciones y abandono mi sueño por vosotras estúpidas, por cinco idiotas, sí, estais oyendo bien. Todo era perfecto pero estas niñatas son unas sucias ratas envidiosas y lo han conseguido. Vamos con Strong, luego Alive y me marcho.

Seguían con su - Ánimo-, me encantaba que me apoyasen, una lágrima se corrió, y ahí fue cuando abuchearon a mis "amigas" y ellas optaron por salir del estadio.

Comencé a cantar, terminé las dos canciones y me despedí:

- Espero que os acordéis de mi voz porque no volveré a cantar.

Fui a la suite hice las maletas y cogí un avión sin dar explicaciones. Mi madre me miró extrañada.

Yo se lo expliqué todo y ella soltó:

- Imbéciles, eso es lo que son.

Recibí un mensaje:

- Has estado genial en Oporto y en Toronto, esta noche actuamos otra vez en Toronto eres bienvenida. No le hagas caso a esas imbéciles. Estamos fatal sin ti y las Directioners del hotel donde estamos solo gritan tu nombre y quieren que salgas.

Tu príncipe irlandés que te quiere.

Le volví a escribir:

- Yo también te quiero, pero ellas me han arruinado.

Le enseñé el mensaje a mi madre y ella me dijo:

- Ves, por cinco chicas no te vas a privar de esto, la fama es así, las envidiosas son muy malas.

Sonreí:

-Pero yo lo tengo claro, no voy  a volver.

Tocaron al timbre.

Era María la que era antes mi mejor amiga.