-Vamos, acaba rápido el café. -Dije a Zoe.
-¿Por qué? -preguntó.
-Ya hablé con Niall, vienes con nosotros.
-¿Qué? -dijo desconcertada, supongo que no le hacía gracia ser una sujetavelas.
-Tranquila, no estarás sola.
Le sonreí, nos acabamos el café y nos abrigamos. Cogimos el autobús, e indiqué a mi amiga donde nos teníamos que bajar. Lo hicimos, ella me miró para ver a dónde me dirigía, la verdad es que yo también estaba algo perdida. Normalmente venía en coche con Niall y me guiaba él. Así que saqué el móvil y miré el mensaje que me envió él con indicaciones de cómo llegar. Caminamos unos diez minutos y, por fin, teníamos delante la casa de Niall.
-¿Y esta casa? ¿Es de Niall? -dijo entusiasmada, yo asentí - ¡es enorme! No me creo que vaya a entrar en su casa... O sea, ¡Es Niall Horan! Y ¿a qué te refieres con que no estarás sola?
-Sorpresa.
Piqué al timbre, esperamos un poco hasta que la puerta del cobertizo se abría y detrás de ella estaba Niall. Yo me lancé a sus brazos y nos dimos un pequeño beso.
-Hola pequeña- dijo feliz- te eché de menos toda la semana.
-Y yo a ti.
Me alejé de él y observé la cara de mi amiga, sorprendida. Me hacía gracia pensar que así estaría yo la primera vez que vi a Niall. Les presenté y mi amiga le abrazó emocionada. Por unos instantes sentí algo de celos <<tranquila, solo se están conociendo>> Pensé, y se me pasó.
-Pasar, están dentro.
-¿Quién? -preguntó Zoe entrando. Dejamos los abrigos en el recibidor y oímos unas voces.
Enseguida lo descubrió, en el salón estaban Harry, Zayn, Louis y Liam jugando a la Play Station... Creía que le daría un ataque cardíaco o algo.
-¿Son-so-son ellos? -dijo tartamudeando.
-Sí. -respondí mientras Niall llevó sus manos por detrás de mi cintura y se apoyó en mi hombro.
-¡Eso no es justo! -gritó Harry levantándose de su asiento- ¡Zayn siempre gana! -se detuvo un momento mientras el moreno con mechón rubio se reía. Miró hacia nosotros -¿esa es tu amiga, Melanie?
-Me llamo Zoe -dijo ella nerviosa, Harry se acercó a ella y le dió un abrazo.
-Yo Harry.
-Lo sé -dijo riéndose. Ya tenía nuevos amigos.
-Vamos a mi cuarto -susurró Niall. Sonreí.
-Vamos.
Dejé allí a mi amiga con los chicos, seguro que lo pasaban bien. Subimos las escaleras y entramos en su habitación. El chico rubio se sientó en la cama y me llevó detrás de él sentándome en su regazo.
-Parecía que a tu amiga le iba a dar un ataque al corazón -se rió.
-Zoe es así, les hablé mucho de vosotros pero creo que llegó a pensar que me había vuelto loca, como nunca os veía. Creo que ahora no lo pensará -sonreí- ella también es muy fan vuestra.
-Se nota.
Me dió un corto beso en los labios y me sonrió. Esa curva en esos labios, añadido a los ojos azules claros, muy claros, hacían que me preguntara a mi misma <<¿Esto es real?>> Pero hacía días que había asimilado; mi novio es Niall Horan. Empezó a cogerme por la cintura, despertándome y alejando mis pensamientos para volver al momento. Rozaron mis labios y los suyos aún sonrientes, pero no tardaron en encontrarse de nuevo. Noté un cosquilleo, su mano derecha empezó a ascender mi columna y lo noté mientras una ola de calor se apoderaba de mí, que se contrastaba con una corriente fría que sentía en mi espalda al descubierto. El beso seguía, yo jugaba con su pelo y mis dedos. Bajó sus manos de nuevo a mi cadera. Bajó un poco, y otro poco más; mientras millones de mariposas emprendieron el vuelo en mi vientre.
-Niall -susurré- no.
No quería decepcionarlo, pero no quería terminar como solían terminar estas caricias; no estaba lo suficientemente preparada para ello.
-Lo siento, lo siento -me dijo. Elevó las manos hasta la mitad de mi espalda, por encima de la camisa. Me abracé a él. No quería que se sintiera grosero.
-Lo siento yo.
-No, tú no tienes nada que lamentar pequeña.
Me besó la mejilla y me sonrió, las cosas estaban bien. Gracias a dios.
-Te quiero mucho -le dije- por favor no me hagas daño.
-¿Por qué te haría daño? -preguntó.
No sería la primera persona que lo hacía... Pero me ahorré la frase.
Continuará...