Capítulo 5

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Una vez más, solo una. Duele, pero da lo mismo. Todo por estar guapa, todo por eso.

Volví a meter una vez más los dedos y pude decir adiós al desayuno de ayer. Me escocía toda la garganta, como si tuviera fuego en ella. Me lavé los dientes dos veces, y me enjuagué unas cuantas veces más. Si no el aliento no se iría ni queriendo. Después me vestí y fui con Zoe a clase.

Se pasó bastante rápido la mañana, exceptuando cuando estuve todo el recreo escuchando la conversación de Zoe con una de sus nuevas amistades sobre el 'escándalo que hubo el otro día en el centro comercial'. En fin, o no soy una chica normal, o todo el mundo es extraño. Porque a mí me la suda lo que haya pasado en el centro comercial. Si fuera algo grave si, pero no considero un escándalo que bajen los precios un 20%.

Por lo demás fue normal, excepto por los nervios que tenía la última hora de clase.

Salí de Física y Química en cuanto sonó el timbre, recogí todo lo rápido que pude. No quería hacerle esperar. Me metía entre la gente para ir más rápido, bajaba escaleras, recorría pasillos, más escaleras... Hasta llegar al aparcamiento donde más adelante estaba la puerta principal. Allí la gente se comenzó a esparcir más y no era difícil avanzar.

-¡Eh! -me interrumpió la voz de Zoe. Miré hacia atrás y estaba en la puerta del edificio -¡Suerte! -me deseó. Respondí con una sonrisa, y seguí con mi marcha alegre hasta el portón de la entrada. Allí eché un vistazo, pero había bastante gente. Hasta que no se dispersaron un poco no le vi a él, con la capucha puesta y unas gafas de sol toqueteando el móvil. Sonreí y me acerqué.

-Hola -me decidí a saludar, y por primera vez le dije una palabra sin tartamudear. Genial. Me sonrió como respuesta y me hizo un gesto para que le siguiera.

Caminó un poco y yo detrás de él hasta llegar a un coche negro, monovolumen. Me abrió la puerta y entré, y él fue al asiento del piloto. Puso en marcha todo y arrancó. Al minuto se quitó las gafas y la capucha, yo intentaba no mirarle demasiado -no quería parecer estúpida- pero era imposible. Era increíble. Imaginaros, ser directioner, estudiar en Londres, que Niall se encuentre contigo una vez y que te busque hasta encontrarte. Además poneros en mi situación, ¡tenía a Niall James Horan Gallagher en frente de mí! Bueno, a un lado.

-Lo siento por no saludarte antes, pero te podría sorprender la rapidez con que la gente me puede descubrir -no lo haría la verdad, él es fácil de localizar. Cuando estaba en España me enteraba que hacía a cada instante, así que aquí ni me lo imagino -tan solo con decir un simple 'hola' alguien reconocería mi voz.

-¿Y no te reconocen el coche?

Se encogió de hombros ante mi pregunta. Yo continué.

-Cuando vivía en España, las fans que intentaban averiguar dónde estabas solían hacerlo por la matrícula de tu coche azul.

-No hay problema, este es de Paul, el de...

-Seguridad -le interrumpí finalizando su oración, vi como frunció el ceño.

-Exacto. Oye, ¿cómo es que sabes tanto?

-Bueno, eres la estrella del momento. Como para no enterarme- hice una pequeña pausa – Además, me encanta tu banda y tú.

-¿A si? ¿Eres una fan? -aparcó el coche, con una sonrisa. Me miró sin quitarla, y quedé unos instantes sin poder reaccionar. Esa sonrisa la había visto más de mil veces en fotos, ¿cómo podía tenerla delante de verdad?

-No, soy Directioner.

No sé que se le pasaba por la mente, pero mantuvo un rato el silencio. Después sonrió un poco más y yo imité el gesto. Volvió a cubrirse con la capucha y las gafas y salió, hice lo mismo y me dirigió a una casa.

No era precisamente pequeña, pero la verdad para todo lo que él podría tener; no era tan grande. No os imaginéis una mansión ni nada, era simplemente una casa con tres pisos y un garaje, a simple vista muy bonita.

Entramos allí, nos quitamos los abrigos -daba gracias al calor que proporcionaba la calefacción, el invierno estaba llegando y en Londres llega, pero bien.- él cogió el mío, y junto al suyo lo colgó de un perchero en la entrada. Al girarse, me miró de arriba a abajo con una cara indescriptible. ¿Me habría vestido mal? Iba con un jersey ancho, y unos vaqueros normales oscuros. ¿Me vería gorda? Igual piensa que me sobran kilos.

-¿Qué pasa? -pregunté. Él me miró a la cara y sonrió negando.

-Nada, es la primera vez que te veo sin abrigo.

Me sonrojé, después fuimos los dos hasta el comedor.

Continuará...

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Este fin de semana no subiré porque voy al pueblo, pero el Lunes haré maratón si puedo ♥

Unless «n.h.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora