-¡Idiota! -grité a pleno pulmón.
Había pasado por lo menos un mes. Estaba en casa de Niall, me había invitado a comer. Y de repente, cuando quedaba el último trozo de pizza e iba a cogerlo, ¡lo coge él a toda prisa! ¿Os lo podéis creer?
-Venga cielo, solo es un trozo de pizza.
-¡El que iba a coger yo!
Salí de la cocina hacia el salón, vi que me siguía y sonreí. Empiecé a correr por la casa hasta que acabé en su cuarto. Él entró y cerró la puerta tras su espalda, con pestillo. Sonrió mientras corría hacia mí, me tiró en la cama de matrimonio y se puso encima de mí.
-¿Ahora dónde corres?-dijo divertido. Le sonreí y me dio un beso en los labios, capturándolos en cuestión de segundos. -¿Me puedes perdonar por coger el último trozo? -susurró en mi oído después de hacer un pequeño caminito de besos hasta él.
-No sé.
-Te doy ahora mi helado si quieres.
-Parece una discusión con una niña pequeña -me reí.
-¿Y tú que eres?
-¿Me estás llamando niña pequeña?- me hice la ofendida e intenté apartarme, pero él no me dejó. Se acercó a mí para darme otro beso y se relajó, en ese momento aproveché y escapé mientras me reía.
-¡Mel! Me cortaste el royo. -Se quejó.
-Vayamos a por el helado -sonreí divertida, vino hacia a mí y me dió un beso en la mejilla.
-Vale, vayamos.
Nos acercamos a la cocina, y sacó del frigorífico un par de helados. Me dio uno y el otro se lo quedó para él. Nos sentamos y sonreí, realmente era feliz.
Empiezo a tomarlo; scratchatella. Mi favorito sin duda alguna. Él sabía lo que de verdad me gustaba.
-Algún día te llevaré a ver Londres.
-Creo que Londres no se puede ver en un solo día -reí, y siguí lamiendo el cono de helado.
-Nosotros lo conseguiremos -hace una pausa, le miro. Él no fijaba su atención en mi, miraba su helado tranquilo – por algo somos diferentes a los demás -me miró- ¿no?
-¿Y cuándo?
-No lo sé.
-Estos días nunca estás.
-Estamos tan ocupados preparando la gira, las nuevas canciones y todo eso que no tengo tiempo para nada cielo.
-Lo sé.
La gira. Ahora hablaba mucho de ella, pero como algo lejano. Esperaba que de verdad lo sea, no me gustaría nada separarme de él durante, igual ocho meses. Pero era su trabajo, no podía quejarme.
Empezó a sonar mi móvil, Midnight Memories.
Nota mental: Cambiar tono de llamada en el móvil.
Era un tanto extraño tener como tono una canción en la que canta mi novio.
Miré la pantalla.
Llamada entrante de All.
Sin pensarlo mucho cuelgué, ¿qué hacía él llamándome? No podía, no quería. ¿Por qué ahora me llama? ¿Es idiota? Bueno, menuda pregunta. Pues claro que era idiota y un idiota de los grandes. Creía que había dejado claro que no le quería volver a ver.
-¿Quién era? -preguntó Niall preocupado.
-Se me quitaron las ganas de helado.
Fui a la basura y lo tiré.
Continuará...
