Terminó todo.
Sabía que Zoe también estaba mal, lo sabía. Pero era más fuerte, podía aguantar las ganas de llorar.
"Sal por la puerta que hay detrás del escenario, si dices tu nombre a los guardias te dejarán pasar. Aunque supongo que al veros os reconocerán."
Dijo Niall en un mensaje. Avisé a Zoe y no tardamos en llegar allí. No tuvimos problemas para pasar, y acabamos en un callejón con unas pocas luces. Allí estaban todos, esperando a que pasara un coche a que les recogiera. Miré entre la penumbra, enseguida vi a Niall. Grité su nombre y él se dió la vuelta. Fui corriendo hacia él. Lo abracé y mis piernas quedaron en el aire hasta que se engancharon a su cintura. Él las cogió para que no me cayera, y yo enredé mis dedos en su nuca y el pelo que había en ella. Lloré, y él me besó sin dudarlo. Para mi y para él, estábamos solos allí. Como si todos hubieran marchado.
-Claro que volveré por ti -dijo él.
-¿Lo escuchaste? -pregunté sorprendida.
-Sí. Y no quiero que te preocupes, ¿vale? Hablaremos por mensajes, si quieres por videollamada. Te llamo, si es necesario. Pero seguiré en contacto contigo, ¿vale? -Asentí mientras él me bajaba al suelo, pero inmediatamente pasó sus manos por mi cintura y me apretó contra él. Mi cabeza llegaba poco más arriba de su pecho, así que elevé la mirada. Noté mi mejilla húmeda, de lágrimas – No quiero que estés mal.
-Niall, son ocho meses. No sé si podr... -su dedo índice se colocó en mis labios.
-Sé que podremos. Tú tranquila, ¿vale?
No respondi, me limité a esconder mi rostro en su cuello mientras él me abrazaba.
-Niall, ya está el coche listo -dijo una voz masculina, Ashton.
-Te prometo que volveré por ti -susurró -pero tú prometeme una cosa -le miré, está serio- No hagas estupideces, y come. Para mi siempre serás preciosa.
Asentí, y él se despegó de mi. Un último vientecito me empapa de su suave aroma, que en mucho tiempo no oleré. Vi que antes de meterse en el coche, Ashton hizo un gesto de despedida y me sonrió. Hice lo mismo. Después Niall entró en el coche, antes de cerrar la puerta me sonrió tristemente.
-Cúmple esa promesa, por favor -dije bajo, pensando en alto. Cerró la puerta y el coche arrancó. Noté a alguien detrás de mí.
-Volverán -dijo Zoe. Me giré y la vi sollozando. Pocas cosas le hacían llorar.
-Lo sé.
Respondí, y me dió un abrazo. Supongo que las dos estábamos en la misma situación. Presentía que los próximos meses nos apoyaríamos bastante. Al menos, nos comprenderíamos. Ahora lo único que había que hacer es concentrarnos en ir a clase, sacar buenas notas e intentar pasarlo bien el resto del curso, si era posible.
Narra Niall
Vi como se hacían cada vez más pequeñas. Se abrazaron. Pero, poco a poco las veía peor y peor, hasta que giramos una esquina y perdí la visión.
¿Cómo podría pasar tanto tiempo sin abrazarla? Eso sonaba un tanto egoísta, pero era difícil querer tenerla a centímetros mientras la tienes a kilómetros. Aunque, lo que más me preocupaba era otra cosa. ¿Y si tenía una recaída? Solían decir que si sufrías de transtornos alimienticios, nunca serías como antes. ¿Y si volvía a dejar de comer? ¿Cómo iba a estar seguro de que seguía haciéndolo?¿Qué haría?
-Niall -oí que mencionaban mi nombre. Miré a mi lado, estaba Calum – nuestras chicas son alucinantes.
-Lo sé -respondí, sonríendo como podía.
-Estarán bien.
Me calmaba. Pero claro, su novia era de emociones estables. Melanie no, la veía delicada como una muñeca de porcelana. Como si solo yo la pudiera cuidar.
Esperaba que estuviera bien, pero ¿quién me lo garantizaría?
Continuará...