-Despierta, cielo -dijo Niall dulcemente a mi oído. Una sonrisa apareció en mi cara. Cuando estás feliz tu cuerpo hace que lo vea todo el mundo, quieras o no. Y una sonrisa no forzada, es la mejor manera de demostrarlo.
-¿Qué hora es? -dije perezosamente. Él miró el reloj de su muñeca.
-Las diez de la mañana. Tendríamos que ir a desayunar ya.
Gruñí y me volví a tumbar. No me apetecía levantarme tan temprano, en unas vacaciones.
Noté su mano rozar mi muslo y me tensé. Empezó a subir, y subir. Sabía que Niall sonreía, que disfrutaba con estos roces, y obligarme a despertar de una manera u otra. Llegó a la cadera, me hacía unas pocas cosquillas y reprimi una risita tonta. Empiezó a acariciar la zona, hasta que metió su cálida mano debajo del pijama, y de la ropa interior. Siguió rozando suavemente el hueso de la cadera, bastante notable en mi cuerpo. Gemí.
-Niall -le supliqué.
Aparté de golpe la mano, y se enfrió mi cuerpo. Supongo que el acto de Niall me había hecho calentarme, aunque fuera solo con lo rápido que latía mi corazón. Me di media vuelta y ahí lo tenía, con una sonrisa de satisfacción, que decía "he ganado, estás despierta". Arqueé las cejas.
Se lanzó a mi, me abrazó cogiéndome fuerte debajo de las sábanas y me besó, y me besó y me volvió a besar. Noté sus manos en la parte inferior de mi espalda, debajo de la ropa de dormir. Era muy cálida y reconfortante, con el frío que hacía aquí. Subió la mano. Rozó el broche de mi sujetador, y paré el beso. Me escabullí, y sali de la cama. Él quedó con cara de desconcertado.
-¿No teníamos que bajar ya a desayunar? -dije con la misma sonrisa de antes, se la había devuelto. Por no dejarme dormir, ahí le dejé pasmado.
-Eres muy mala -dijo riéndose.
Nos vestimos, me arreglé y bajamos a la cocina. Niall cogió algo de la nevera y se acercó al fogón. Insisti en hacer yo también el desayuno, pero no quiso. Así que no tenía más remedio que quedar mirándole mientras cocinaba. Sonreí. Me imaginaba a él en unos cuantos años, a un par de niños a su alrededor y a mí, a su lado. "Venga papá, date prisa que quiero desayunar." Decía uno de los niños."Mamá venga, termina de hacer el zumo." Decía el otro. Claramente se referían a nosotros. ¿Llegaría el día en que tuviera una familia con Niall? ¿O tan solo es un amor llevadero, que tarde o temprano terminará? ¿Nos dejará su carrera profesional seguir nuestra relación adelante?
-Eh, Melanie -dijo Niall posando mis pies en la tierra, rió- parecía que estabas en otro mundo.
-Lo estaba -aseguré también riendo. Miré el plato que tenía delante, huevo revuelto con carne troceada y seguramente frita. Al parecer, se tomaban muy a pecho el desayuno los del norte.
-Hoy tenía pensado ir a ver un partido de fútbol con Greg, sé que no te apasiona el deporte pero podrías venir tú también.
-No sé -me excusé. Sería un tanto raro, un partido con su hermano es como algo personal, un rato para pasar hermano y hermano, no hermano, hermano, y novia de hermano. No sé si me entendéis.
* * *
-Bueno chica -dijo Maura alegre- ¿y cómo conociste a mi hijo?
Resulta que al final dejé marchar a Niall con su hermano tranquilos, y me quedé en su casa. Estaba en el salón hablando con mis padres por teléfono, y en cuanto colgué apareció Maura y se sentó a mi lado.
-Bueno, simplemente nos encontramos. Bueno, más bien me encontró él a mi -sonreí.
-¿A si? ¿Y eso? -preguntó curiosa- No quiero que te pareca incómodo, -dijo divertida- pero tengo curiosidad.
-No, tranquila. Pues, al parecer él me vio una vez mientras caminaba por la calle. Le llamé la atención, pero nada más. Otro día nos volvimos a cruzar, claro que yo no me percaté. Pero él se fijo hasta el más mínimo detalle, averiguó donde estudiaba, y fue un día a buscarme a clase. Ahí lo vi yo por primera vez. Bueno, en persona claro está. Como para no conocer a Niall, sabe quién es el mundo entero. -Ambas nos reímos.
-Ya, la verdad es que sí. Y me alegro de que estés con él, eres muy maja y guapa. Y no creo que estés por interés.
-Gracias -dije sonrojada- la verdad, ni me atrevería a estar con él para llamar la atención. Solo con ver como se comportan las fans con cualquiera de sus novias... Pero las comprendo -me reí.
-La verdad es que sí.
-A veces me pregunto por qué yo. Con todas las chicas que tiene a sus pies, todas las fans, muchas de ellas más guapas que yo e incluso más simpáticas.
-El amor no lo entiende nadie -dijo ella- pero si está contigo, te quiere de verdad. Conozco a mi hijo.
Sonreí ante el comentario.
Continuará....
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A ver, ahora ya no subiré los capítulos a blogger, solo aquí. No sé si tengo muchas lectoras ahora mismo en wattpad, asi que por favor comentar las que estéis siguiendo la novela, os lo agradecería mucho mucho ♥
PD, gracias por leer.