Pasaron unos días, y cuando digo unos me refiero a unos cuantos. Más de medio mes. Tenía que estudiar mucho, pero eso no quitaba que siguiera hablando con Niall. Además, a veces salía con Zoe y conmigo, e incluso también con amigos y amigas de Zoe, que ahora yo también conocía. Me sentía bien, más viva. Empecé a comer de vez en cuando, no era tan restringida con mis comidas diarias pero aún así iba con cuidado, no quería engordar. Pero, me sentía casi bien al comer. Excepto por un pequeño sentimiento de culpa. Al menos, ya hace una semana que no vomito, y me alegro.
Estaba Niall en mi apartamento, Zoe se había marchado hace un rato de compras con Samantha.
-Oye -dijo Niall sonriente, estábamos ambos sentados en el sofá viendo la televisión. Cogí un trozo de pizza al igual que él y nos lo llevamos a la boca. ¿Hace cuánto que no sentía ese sabor sin después expulsarlo en el baño? -Estos días estás más guapa que nunca.
-¿A sí? -me sonrojé.
-Sí, estás más alegre. Los primeros días, cuando te conocí no estabas así.
-Será porque me has cambiado.
Se quedó pensativo, mientras le miraba.
-Y me alegro de que lo hicieras -añadí -Porque me has hecho ver todo con otros ojos. ¿Sabes?
-¿Con otros ojos? -me preguntó confuso, y asentí.
-Ahora cuando me levanto cada día y me miro al espejo no pienso que soy fea, porque antes leo un mensaje tuyo de buenos días preciosa. No como pensando en cuantos gramos comeré para ver cuánto ejercicio haré después para quemarlo. Ahora me siento completa. Ya no me encierro en mi propia burbuja. -Él me miró, debía de estar asimilando mis palabras- Puede resultar algo cursi, pero me cambiaste y me salvaste la vida, Niall Horan.
-¿Tan solo con un Buenos días preciosa? -dijo sonriente.
-Tan solo permaneciendo a mi lado.
Me besó en los labios, ¿qué más se podía pedir? Me había acostumbrarlo a tenerlo ahí en tan poco tiempo. Ya no veía al famoso Niall Horan a mi lado. Ahora, veía al chico que cambió todo. No me veía gorda, me veía normal. No me sentía mal al comer, ni nada por el estilo. Ahora, era feliz.
-¿Sabes qué? -dijo él- Tú también cambiaste mi vida.
-¿Cómo?
-Me sienta bien estar contigo, Melanie. No me siento solo.
-¿Cómo podías sentirte solo antes? Con toda la gente que te rodea.
-Pueden rodearte muchas personas, pero pocas pueden ser verdaderas. Y lo que aprendí estando en One Direction, es que una persona no puede vivir sola. Ahora, ellos son como mis hermanos. Pero, aún así necesitaba algo más. Necesitaba saber que era el ''amor''.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que me estoy enamorado de ti, Melanie.
Sonreí, y le di un beso en la comisura de su labio, no me atrevía a dárselo directamente en los labios. Pero de eso, ya se encargó él. Le quería, y mucho. Y gracias a él me había olvidado de un pasado oscuro.
Se rió un poco y se levantó. Me tendió la mano, la acepté y me ayudó a despegarme del sofá. Me acercó a él abrazándome por la cintura, y yo le rodeé el cuello con mis brazos. Empecé a tocarle la nuca, y enredar mis dedos por su pelo rubio.
-Nunca dije esto, y me resulta algo absurdo -dice él- porque cuando lo veo en las películas, me parece demasiado empalagoso. Pero, no hay otra manera de hacerlo.
-Deja de andarte por las ramas y dilo -le exigí riéndome, suponía lo que iba a decir.
-¿Quieres ser mi novia?
-No -digo seria. Él se separa, indignado.
-¿Qué?- dijo preocupado - ¿por qué? Estamo... -me miró, no terminó la frase al verme reírme.
-Es broma idiota -me reí y me acerqué a él. Volví a abrazarlo y junté sus labios con los míos – claro que sí -susurro en ellos.
-Me habías asustado- dijo con el mismo tono de voz.
-Decirte que no, sería como renunciar a un salvavidas en medio del mar.
Continuará...
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