No pudo evitar soltar un suspiro al sentir el blando colchón debajo, su día había sido lo mas de extraño. Ahora estaba casada, miro aquel aro de oro que tenia en su dedo anular y sonrió de lado. Llevo su mano izquierda a su estomago y lo acaricio. Si, su día y el último mes habían sido de lo más extraños.
— ¿Cansada?
— Ven siéntate—dijo palpando la cama.
Axel entro en el cuarto algo cohibido. Se sentó en el borde y miro a su, ahora, esposa. Quiso reír, nunca se imagino casado y muchos menos esperando un hijo. Cordelia lo miraba, aquellos ojos verdes, le gustaría mucho que su hijo los heredara, brillaban de una forma casi sobrenatural.
— Mañana podemos ir por el resto de tus cosas.
— Oye, Axel—dijo y se sentó junto a el— ¿Estás bien con esto?
— ¿De qué hablas?
— Ya sabes—dijo—, te casaste con una extraña y ni si quiera estas seguro si te estoy diciendo la verdad.
— Tenemos toda una vida para conocernos y lo de si me dices la verdad puedo afirmar que no eres ese tipo de persona.
Cordelia sonrió. Hablaron durante varios minutos, sobre cosas como donde habían nacido, familiares, mascotas, color favorito, etc.
— Deberías dormir ya—dijo Axel al ver a Cordelia bostezar.
— Tú también—dijo—ambos deberíamos hacerlo, hemos tenido un día algo ajetreado.
— Descansa—se levanto de la cama y salió.
Cordelia apago las luces y se metió en lo que se seria su lugar de descanso por tiempo indefinido.
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AMOR DE CONVIVENCIA.
RomanceEl licor recorriendo el torrente sanguíneo más un hombre apuesto e irresistible, el ambiente de un club. Trae como consecuencias muchas cosas. Advertencia: esta puede ser la típica historia de amor y por lo tanto no está excepta de clichés.
