El día llegó con los rayos del sol colándose por la delgada tela de lino que cubría la ventana del cuarto de la pequeña Charlotte, al final Axel había convencido a Cordelia de llamarla así. Ambos estaban cruzando la recta final, Cordelia había entrado en el octavo mes hace algunas semanas y se había vuelto totalmente irritable. Todo le fastidiaba, habían oído de labios de Emily que muchas veces aquello pasaba, también era común que la futura madre empezara a desear que el embarazo llegara a su fin en aquel mes tanto por el tamaño del vientre como por los otros malestares que iban acompañados.
Cordelia giró en la cama, cama que ahora usaba para ella sola. Había enviado a Axel a ocupar el sofá de la sala. Abrió los ojos, parpadeó, miró la habitación, llevó una mano a su frente y suspiró. Con lentitud se sentó en la cama, buscó las pantuflas que eran los únicos zapatos que sus pies hinchados soportaban, dio un resoplido y se levantó con esfuerzo. Salió del cuarto, buscó con la mirada a su marido y lo halló metido en la cocina moviéndose al compas de la voz de una cantante cuyo nombre se le escapaba, se acercó por detrás de este y le lanzó los brazos a los hombros. logró darle un beso en la mejilla. Lo sintió sonreír y luego se halló frente al apuesto rostro de Axel.
— Buenos días—musitó Cordelia.
— Buenos días—Axel deposito un beso en los labios ajenos—. ¿Cómo amaneciste hoy?
— Bien, no puedo quejarme—respondió—. Aún no me empieza a doler la espalda. Así que el mal genio sigue guardado.
— Eso es bueno—dejo un beso en la respingada nariz y otro en la frente.
— ¿Qué haces que huele tan delicioso?
— ¿Te gusta? —la vio asentir—. Preparó hotcakes con canela.
— ¿Con canela? —arqueó una ceja.
— Sí, agregó un poco en polvo a la masa y ya está.
— Pues no puedo negar que sea algo ingenioso y que da un olor delicioso.
— Lo sé, ahora siéntate a esperar el desayuno.
— Si mi general—hizo un saludo militar y caminó a la barra de la cocina.
— Puede descansar soldado.
Y la estancia se lleno de risas.
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AMOR DE CONVIVENCIA.
RomanceEl licor recorriendo el torrente sanguíneo más un hombre apuesto e irresistible, el ambiente de un club. Trae como consecuencias muchas cosas. Advertencia: esta puede ser la típica historia de amor y por lo tanto no está excepta de clichés.