Capitulo 39.

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Supo que algo iba mal en el mismo instante en que sus ojos se fijaron en el rostro de su esposo. frunció el ceño, se acercó a este y tomó el portafolios que esta cargaba. Lo dejo junto a la puerta, le tomó de las manos y lo miró a los ojos.

— ¿Qué pasa, Axel?

— Ven, te lo diré cuando estés sentada en la sala.

— Está bien.

Ambos caminaron a la estancia en silencio. Cada uno con pensamientos diferentes rondando por sus cabezas. Cordelia se sentó en el sofá de tres plazas, esperó que él hiciera lo mismo. Pero ocupo uno individual que había al frente. La vio fruncir el ceño, le pareció adorable y tierno por medidas iguales.

— Te diré que paso entre mi familia y yo—tomó aire y comenzó su relato.

Le contó cómo se había acostado con una de las amigas de su hermana, cómo había dejado a esta embarazada y forzado a abortar, cómo casi muere por un pequeño problema que surgió durante la operación y el cómo él le había arrebatado toda posibilidad de volver a tener hijos. Porque en aquel tiempo cualquier responsabilidad era una carga, estar con una persona un total martirio. Se sintió culpable al oír la noticia. Intentó disculparse varias veces, pero nunca había hallado las palabras correctas para aquello.

Sintió la mano de su mujer en su pierna, levantó el rostro y la miró. Cordelia le sonreía con cariño y estuvo seguro de que jamás amaría a nadie como a ella.

— Deberíamos visitarlo cuando nazca Charlotte. Les gustara conocer a la nueva integrante de la familia—dijo con voz suave.

Axel se inclinó, dejo un tierno beso en la coronilla de Cordelia y junto sus frentes. Gris y verde se miraron con ternura. La mano libre de la pelinegra se colocó en su mejilla, su propia mano fue a su encuentro.

— Lo haremos.

— Eso espero, porque notó que los quieres mucho.

— Como no tienes ni idea.

— Ilumíname entonces.

— Lo haré.

Pasaron la tarde hablando sobre su familia. 

AMOR DE  CONVIVENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora