Sus ojos eran incapaces de apartarse de aquella foto, adoraba ver esa imagen a blanco y negro. ¿Como no hacerlo? Era su hijo el que se veía aduras penas allí. Sonrió. Seria mamá dentro de 7 meses y eso hacia que una sensación burbujeante la recorriera de pies a cabeza. Acaricio su, a un plano, vientre.
Hacia una semana que había dejado de ir al restaurante y era el mismo tiempo que llevaba en aquella casa. Axel se iba a trabajar y ella quedaba sola. Soledad que aprovechaba para ir a buscar un nuevo empleo, pregunto en las agencias de publicidad y encada una en las que preguntaba dejaba su hoja de vida. Esperaba poder ingresar a alguna, pues dudaba mucho que tuviera tiempo para trabajar independientemente. Y cuando no estaba dejando hojas de vida por toda la ciudad intentaba cocinar, lo único que le había salido mas o menos comestible eran unas pastas que había hecho el martes, después de ver aquel semi logro se puso a llorar. Llorar era otra de las cosas que hacía últimamente, lloraba por frustración, tristeza, alegría, enojo y por qué sí. No había una maldita tarde en la que no rompiera en llanto, una de esas tardes lloro por que su celular se había descargado. Fue muy, muy vergonzoso que Axel la hubiera encontrado así por una estupidez.
— Esto es un asco—se quejó con Katlyn por teléfono.
— Solo tómalo con calma
— Lo intento—suspiro— y mucho pero no lo logro, es tan frustrante.
— Estas llorando ¿Verdad?
— Si—sollozo—¿No logro entender cómo no me he quedado sin lagrimas?
— ¿Qué te parece si voy de visita?
— ¿En serio? —sonaba patética, como niña de 5 años.
— Sip.
— Te amo—dijo.
— Lo sé—rio Katlyn—. Nos vemos en 20 minutos.
— Okey—y colgó.
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AMOR DE CONVIVENCIA.
RomanceEl licor recorriendo el torrente sanguíneo más un hombre apuesto e irresistible, el ambiente de un club. Trae como consecuencias muchas cosas. Advertencia: esta puede ser la típica historia de amor y por lo tanto no está excepta de clichés.