Se despertó sobre saltado al escuchar una puerta siendo azotada. Se levanto y se fue a buscar la fuente del sonido. Se detuvo frente al cuarto de Cordelia al ver luz asomando debajo de la puerta. Tomo aire y entro sin tocar.
El cuarto estaba vacío pero unos sonidos provenientes del baño le dieron una pista de donde se hallaba la propietaria de la habitación. Se acerco al otro extremo del lugar y dio dos golpes en la puerta del baño.
— ¿Cordelia?
No recibió respuesta. Giro la perilla y entro. Cordelia estaba recostada contra la pared y en el suelo, junto al inodoro.
— Lamento haberte despertado—dijo cuando lo vio.
— No tienes porque—sonrió.
Cordelia curvo sus labios en una débil sonrisa. Estaba cansada y estaba segura de que no seria capaz de levantarse de ahí. Miro a Axel y una idea cruzo su cabeza, pero fue desechada casia l mismo momento de formularla, cerro los ojos, era la única opción que tenía sino quería pasar el resto de la noche en el suelo. Los abrió, no tenia de otra.
— Esto—dijo con timidez—¿Podrías hacerme un favor?
— Dime.
Sus mejillas se ruborizaron y tuvo que armarse de valor para decir lo que tenía pensado decir.
— ¿Podrías cargarme hasta mi cama?
Axel la miro incrédulo. No estaba seguro de haber escuchado bien, pero la mirada de suplica de Cordelia se dio cuenta que si lo había hecho.
— Sabes que olvídalo— dijo, sacándolo de sus pensamientos—. Puedo esperar a estar algo mejor.
No le creyó. Por la cara que tenía estaba seguro de que apenas saliera de ahí, ella se quedaría dormida.
— No, no hay problema—dijo.
— ¿Seguro?
— Totalmente, a fin de cuentas, parte de la culpa por que estés así es mía.
Cordelia rio por lo bajo.
— Gracias.
Axel solo asintió. se acerco a ella y la cogió en brazos. Cordelia cerro los ojos, el cambio de posición le ocasionó un mareo. Paso sus brazos sobre el cuello de Axel y apoyo la cabeza sobre el hombro de este.
Axel detallo con atención a la mujer entre sus brazos, era preciosa. Se dio cuenta que tenia un lunar junto a la clavícula y unas inmensas ganas de pasar la lengua sobre él, lo invadieron. La deposito en la cama y se alejó un poco.
Cordelia se arrodillo y corto la distancia que había impuesto con un beso que deposito sobre su mejilla izquierda. Todo pensamiento coherente desapareció de su mente al sentir aquellos labios sobre su mejilla.
— Gracias—la oyó murmurar.
— No hay de que—no supo como fue capaz de formular aquella oración.
Salió del cuarto. Seguía confundido tanto por la acción como por el pensamiento que lo había invadido cuando la tuvo entre brazos.
Debo tener cuidado, pensó, o esto se saldrá de control.
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AMOR DE CONVIVENCIA.
Любовные романыEl licor recorriendo el torrente sanguíneo más un hombre apuesto e irresistible, el ambiente de un club. Trae como consecuencias muchas cosas. Advertencia: esta puede ser la típica historia de amor y por lo tanto no está excepta de clichés.