Capitulo 18.

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— Recuérdalo Cordelia—vio aquella sonrisa, esa sonrisa que le traía calma—, siempre te voy a querer.

Desapareció. Miro sus manos, sangre, mucha sangre había en ella y en todas partes. Quería gritar, pero su voz no salía de su garganta.

— Asesina.

"No" era lo que quería decir, pero no podía.

— Lo mataste.

"No"

— Te odio—sintió su pulso detenerse—, ya no perteneces a mi familia, fuera.

"Por favor"

— Desde este momento estas muerta—oh como odiaba esa voz— al igual que él.

Miro el lugar señalado. Unos hermosos ojos azules sin vida le devolvieron la mirada, abrió sus ojos verdes como platos, llevo sus manos a su boca. Quería vomitar. Siguió mirando la vara de metal que atravesaba el cuerpo de la persona que una vez amo más en el mundo.

— Es tu culpa—hablo aquel cuerpo desangrado—todo es tu culpa.

"No". Podía escuchar sus sollozos. "No". Negó con la cabeza. "! No ¡"

— Cordelia—Axel entro en la habitación agitado—¿Estas bien? —estaba preocupado.

— Yo—murmuro—, no lo sé.

Seguía viendo algún punto de la pared.

— Había tanta sangre—dijo—, todo estaba cubierto de sangre—paso una mano por sus cabellos—roja y espesa sangre, por todos lados—empezó a llorar—. Yo lo mate—dijo y por fin miro a Axel—¡Oh Dios! Axel. Yo lo mate

— Shhh—se acerco a Cordelia—, esto no es bueno para ti ni para él bebé—su mano bajo al pequeño bultito que había en el vientre de Cordelia.

Esta asintió y abrazo a Axel. Tenia tanto sueño que cerró los ojos y quedo dormida en brazos de su esposo.

Axel miro el rostro de su esposa. Llevaba 3 días en aquella situación. No estaba seguro de que había pasado aquel día que la encontró llorando junto a la puerta, pero si sabía que aquello tenía que ver con las pesadillas que tenia Cordelia. Acaricio uno de los pómulos con su pulgar y delineo sus labios con el mismo. Rozo sus labios con los de ella y luego sonrió.

— Descansa.

La recostó en la cama y el se acomodo al otro lado. Rodeo la cintura de Cordelia y la pego a él. Dio varios besos sobre aquellos cabellos negros que olían a piña hasta que se quedó dormido.

AMOR DE  CONVIVENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora