Capitulo 24.

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Las pesadillas volvieron. Cordelia se despertaba a mitad de la noche gritando y llorando. No estaba seguro de que aquel constante estrés que azotaba a su esposa fuera bueno tanto para ella como para el bebé. Miro preocupado las ojeras que su esposa tenia bajo los ojos, acaricio el cabello negro de esta. Miro el reloj, tenían una hora antes de su cita con el obstetra y llevan 15 minutos atascados en el tráfico. Cordelia había comenzado a cabecear. 5 minutos después llegaron al consultorio de Emily.

— Deben estar emocionados, hoy por fin sabrán que es su bebé y cómo va el desarrollo de este.

— Si—dijo alegre Cordelia—, lo estamos— y cogió la mano de Axel.

— Muy bien, señorita Allen sígame

Cordelia se separó de Axel y siguió al médico, la cual le señalo una camilla. Le dio algunas intrusiones iguales a las de la vez pasada. Sus ojos seguían con emoción cada lugar que Emily señalaba en la pantalla.

— Todo está perfecto—sonrió esta—, su niña esta saludable. Felicidades.

Los ojos de Cordelia se aguaron y saladas lagrimas salieron de estos. Una niña, a la cual mimar y complacer. Era tan feliz. Miro a Axel y su corazón comenzó a latir muy rápido. ¡Oh Dios!, estaba enamorada, no sabia si eso era algo bueno o malo. Se levantó de la camilla, limpio los restos de gel y bajo su camisa. Escucho atenta el resto de las indicaciones de Emily y recibió con felicidad la segunda foto de su niña. La guardo n su bolso y salió del lugar cogida del brazo de Axel. Subieron al auto y por fin Axel hablo.

— Cordelia, es una niña—murmuro y acaricio el vientre de esta—, estoy tan feliz.

Cordelia sonrió. Tal vez sus recién descubiertos sentimientos era algo bueno. Ahora solo faltaban que fueran recíprocos y tendría la familia que soñó cuando era niña. cuando llegaron al departamento, se dirigió a la cocina donde saco una barra de chocolate. Dio un mordisco, era la gloria sentir como el chocolate se derretía en su boca.

Axel se quedo mirando como su esposa atacaba la barra.

— ¿Me vas a dar? —pregunto.

Cordelia miro a su esposo y miro su chocolate. Hizo un mohín con la boca y tendió lo que faltaba a Axel.

— Gracias, cariño—recibió el dulce y le guiño un ojo.

Cariño, era la primera vez que Axel la llamaba así y descubrió con horror que podía acostumbrarse. Ese día estaba teniendo muchos hallazgos. Maldición, su matrimonio estaba bien y meter sentimientos en la ecuación podría llevar al desastre. Suspiro. Se recargo en la barra de la cocina.

— ¿Estas cansada? —pregunto Axel.

— No, solo pienso—se encogió de hombros.

Sus ojos se clavaron en los de su esposo.

— ¿Segura?

— Si, Axel—su voz sonó seca.

Y ahí iba otro cambio. Maldijo sus hormonas y salió de la cocina. Se dejo caer en el mueble. Abrazo un cojín y hundió su rostro allí. Poco después sintió como el mueble se hundía bajo el peso de Axel. Levanto la cabeza y lo miro. Los ojos grises de su esposo se clavaron en los suyos. estaba tan apenada y así comenzó otro día lleno de disculpas.

AMOR DE  CONVIVENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora