No supo porque se despertó en mitad de la noche, pero sabia que hasta que no lo averiguara no seria capaz de seguir durmiendo. Se levanto de la cama, sin despertar a Axel y fue la cocina. Abrió la nevera, se mordió el labio, miro aquel lugar. La cerro, abrió el refrigerador y su boca se volvió agua al ver el pote de helado, con mucho cuidado lo saco, lo puso en el mesón de la cocina, cogió una cuchara y con pote en mano se sentó en el mueble. Se llevo la primera cucharada a la boca. Estaba delicioso. Tendría que comprar más la próxima vez que hicieran las compras. Termino el tarro, lo dejo en la basura y volvió junto a Axel. Acaricio su vientre, al parecer su bebé iba a ser muy adicto al chocolate. Bostezo y volvió a dormirse.
∞
Axel miraba con asombro como Cordelia metía en el carro cada cosa de chocolate que tuviera la tienda. No sabia si reír o asustarse, opto por la primera. Cordelia lo miro avergonzada, las mejillas de esta estaban rojas.
— Lo siento—tartamudeo. Esa era la frase que había dicho durante toda la semana y que estaba segura diría hasta el final del embarazo. Suspiro, acaricio su vientre—. Puedo sacar algunas cosas—sugirió.
— Deja, está bien—sonrió y siguió avanzando por el lugar.
Dos horas y media después salían del lugar. Metieron lo que habían comprado en el auto de Axel y volvieron al departamento. Estacionaron y subieron a su piso. Desempacaron, bueno desempaco Axel, porque Cordelia se había acostado. Había terminado de organizar la cocina cuando el timbre sonó. Fue a ver quién era, su sorpresa fue enorme al ver una mujer casi igual a Cordelia, la cual estaba acercándose a él.
— ¿Quién es? —bostezo y cuando sus ojos se clavaron en la mujer se tensó—. Mamá ¿Qué haces aquí?
La mujer al otro lado de la puerta sonrió con cinismo y miro el vientre de Cordelia, Cordelia abrazo este de forma protectora.
—Mmm—dijo Esmeralda—. Solo vengo de visita.
Cordelia retrocedió y miro con angustia a Axel. Axel asintió y miro a su suegra con el ceño fruncido, que le habría hecho aquella mujer a Cordelia para que se pusiera pálida solo con verla. Bueno eso no era asunto suyo.
— Lo siento señora Allen, pero su hija esta algo indispuesta—dijo. No era del todo una mentira—, ¿Sería tan amable de venir otro día?
Esmeralda recorrió con sus filosos ojos verdes al esposo y al parecer padre del hijo que Cordelia esperaba.
— Claro—dijo y volvió a mirar a su hija.
— Gracias—Axel cerró la puerta. No espero a que esta se alejará de allí.
Volvió junto a Cordelia y la sostuvo cuando a esta le fallaron las piernas. Cordelia hundió la cabeza en su pecho, sintió las cálidas lagrimas mojar su camisa. No pregunto que le pasaba, se limito a consolarla y darle ánimos.
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AMOR DE CONVIVENCIA.
RomanceEl licor recorriendo el torrente sanguíneo más un hombre apuesto e irresistible, el ambiente de un club. Trae como consecuencias muchas cosas. Advertencia: esta puede ser la típica historia de amor y por lo tanto no está excepta de clichés.