Capitulo 20.

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Estaba nerviosa. Era la primera vez que iba a su trabajo nuevo. Entro al vestíbulo y se acercó a la secretaria.

— Hola—saludo—. Soy nueva y me preguntaba donde queda el departamento de publicidad.

— Hola—dijo la mujer tras el mostrador—. Claro, usted debe ser la señorita Allen ¿Verdad?

— Si—respondió.

— Su lugar de trabajo queda en el segundo piso—dijo sonriente la mujer castaña.

— Gracias—sonrió y fue a las escaleras.

Cordelia subió hasta el segundo piso. Pensaba dar lo mejor en aquel lugar. Sonrió y saludo a sus compañeros de trabajo.

Parpadeo, seguía sin poder creer lo que veía. Había llegado aproximadamente hace una hora y fue recibida por Axel besando a una despampánate pelirroja. Tosió y llamo la atención de la pareja. Axel abrió sus ojos de la sorpresa al verla parada en la puerta principal y se alejó de la pelirroja.

— Cordelia—murmuro.

— Puedo irme y volver mas tarde—dijo—. No quiero interrumpir.

— No interrumpes nada—respondió Axel.

La pelirroja se dio la vuelta y sus ojos azules se clavaron en Cordelia. La reviso de pies a cabeza. Cordelia se tenso ante el escrutinio de la otra mujer, llevo una mano a su vientre casi plano de forma inconsciente.

— ¿Así que esta es tu esposa? —le pregunto a Axel.

No espero respuesta de este y se acerco a Cordelia. Con mucha rapidez la beso. Cordelia abrió los ojos como platos al sentir los labios de la otra mujer sobre los suyos.

— Jessica, déjala—ordeno Axel.

— Es bonita ¿Me la prestas? — se separó de Cordelia.

— No

— Eres muy malo. Mira que tener semejante preciosidad para ti solo rompe el código de amistad.

— Es mi esposa y esta embarazada, esas dos cosas la eximen del código.

— No es justo—hizo un puchero y volvió a mirar a Cordelia.

— Mucho gusto soy Jessica—sonrió—, la mejor amiga de este idiota—señalo a Axel.

Cordelia pasaba su vista de la pelirroja, que se había acabado de presentar, a su esposo que fulminaba con la mirada a la ojiazul. Sacudió su cabeza y sus ojos se clavaron en la mujer delante de ella. Era preciosa, su cabello rojo le llegaba a la cintura y eso enormes ojos azules brillaban.

— Cordelia—murmuro.

— Cordelia que lindo nombre—sonrió—. Puedes decirme Jess.

— Jess—gruño Axel—, déjala en paz.

— Saben todavía puedo irme para que sigan con lo que hacían—su voz sonó nerviosa.

Jessica rio y la miro con diversión.

— No hacíamos nada, dulzura—dijo—. Solo lo saludaba.

Cordelia enarco una ceja. ¿Desde cuando los amigos se saludaban de beso?

Jessica sonrió.

— No voy a robarte a tu hombre—dijo—. Me van más las chicas.

Cordelia se sonrojo al escuchar a Jessica.

— N...No es mi hombre—tartamudeo—. Adiós— y fue a su cuarto.

— Es adorable—dijo Jessica mirando a Axel

— Si y es mía—dijo—. Ahora vete.

— Eres muy malo, no quieres compartirla y ahora me hechas de tu casa—sonrió y se sentó en un mueble individual que había en la sala.

— ¿Para qué viniste a fin de cuentas? —enarco una ceja.

— Solo quería saber como te va en la vida de casado—dijo.

— Me va muy bien, gracias—dijo—. Ahora sal de mi casa.

— Me alegra—sonrió con cariño—. Adiós— se levanto del mueble y fue a la puerta.

— Lo próxima vez que quieras venir avisa ¿Sí? —dijo.

— Lo tomare en cuenta—abrió la puerta y salió del departamento.

Axel sonrió. Adoraba a esa pelirroja. Dio la vuelta y fue al cuarto de Cordelia. Toco la puerta.

— Tus amistades son muy raras—dijo al abrir la puerta

Axel rio y entro en el cuarto de Cordelia. Se sentó en la cama de esta.

— Lo sé—dijo—¿Como te fue en tu trabajo?

Cordelia se sentó junto a Axel y sonrió.

— Fantástico—dijo—. Creo que me gustara trabajar allí.

— Me alegro—acaricio la mejilla de Cordelia de forma inconsciente.

Sintió sus mejillas arder y se separo un poco de Axel. Axel hizo una mueca de dolor por el desprecio de Cordelia.

— Lo siento—dijo.

— No tienes porque—respondió ella—. Vamos a dormir.

Si desde aquel día dormían juntos. Axel asintió, fue a su cuarto, cambio sus ropas y volvió a la habitación de Cordelia, Cordelia se encontraba entre las cobijas esperándolo. Podía apostar que cualquier extraño los podía confundir con un par de enamorados.

— Buenas noches—dijo. Apago el foco y se metió en la cama.

— Buenas noches— Cordelia se acurruco contra su pecho.

AMOR DE  CONVIVENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora