Estaba nerviosa. Era la primera vez que iba a su trabajo nuevo. Entro al vestíbulo y se acercó a la secretaria.
— Hola—saludo—. Soy nueva y me preguntaba donde queda el departamento de publicidad.
— Hola—dijo la mujer tras el mostrador—. Claro, usted debe ser la señorita Allen ¿Verdad?
— Si—respondió.
— Su lugar de trabajo queda en el segundo piso—dijo sonriente la mujer castaña.
— Gracias—sonrió y fue a las escaleras.
Cordelia subió hasta el segundo piso. Pensaba dar lo mejor en aquel lugar. Sonrió y saludo a sus compañeros de trabajo.
∞
Parpadeo, seguía sin poder creer lo que veía. Había llegado aproximadamente hace una hora y fue recibida por Axel besando a una despampánate pelirroja. Tosió y llamo la atención de la pareja. Axel abrió sus ojos de la sorpresa al verla parada en la puerta principal y se alejó de la pelirroja.
— Cordelia—murmuro.
— Puedo irme y volver mas tarde—dijo—. No quiero interrumpir.
— No interrumpes nada—respondió Axel.
La pelirroja se dio la vuelta y sus ojos azules se clavaron en Cordelia. La reviso de pies a cabeza. Cordelia se tenso ante el escrutinio de la otra mujer, llevo una mano a su vientre casi plano de forma inconsciente.
— ¿Así que esta es tu esposa? —le pregunto a Axel.
No espero respuesta de este y se acerco a Cordelia. Con mucha rapidez la beso. Cordelia abrió los ojos como platos al sentir los labios de la otra mujer sobre los suyos.
— Jessica, déjala—ordeno Axel.
— Es bonita ¿Me la prestas? — se separó de Cordelia.
— No
— Eres muy malo. Mira que tener semejante preciosidad para ti solo rompe el código de amistad.
— Es mi esposa y esta embarazada, esas dos cosas la eximen del código.
— No es justo—hizo un puchero y volvió a mirar a Cordelia.
— Mucho gusto soy Jessica—sonrió—, la mejor amiga de este idiota—señalo a Axel.
Cordelia pasaba su vista de la pelirroja, que se había acabado de presentar, a su esposo que fulminaba con la mirada a la ojiazul. Sacudió su cabeza y sus ojos se clavaron en la mujer delante de ella. Era preciosa, su cabello rojo le llegaba a la cintura y eso enormes ojos azules brillaban.
— Cordelia—murmuro.
— Cordelia que lindo nombre—sonrió—. Puedes decirme Jess.
— Jess—gruño Axel—, déjala en paz.
— Saben todavía puedo irme para que sigan con lo que hacían—su voz sonó nerviosa.
Jessica rio y la miro con diversión.
— No hacíamos nada, dulzura—dijo—. Solo lo saludaba.
Cordelia enarco una ceja. ¿Desde cuando los amigos se saludaban de beso?
Jessica sonrió.
— No voy a robarte a tu hombre—dijo—. Me van más las chicas.
Cordelia se sonrojo al escuchar a Jessica.
— N...No es mi hombre—tartamudeo—. Adiós— y fue a su cuarto.
— Es adorable—dijo Jessica mirando a Axel
— Si y es mía—dijo—. Ahora vete.
— Eres muy malo, no quieres compartirla y ahora me hechas de tu casa—sonrió y se sentó en un mueble individual que había en la sala.
— ¿Para qué viniste a fin de cuentas? —enarco una ceja.
— Solo quería saber como te va en la vida de casado—dijo.
— Me va muy bien, gracias—dijo—. Ahora sal de mi casa.
— Me alegra—sonrió con cariño—. Adiós— se levanto del mueble y fue a la puerta.
— Lo próxima vez que quieras venir avisa ¿Sí? —dijo.
— Lo tomare en cuenta—abrió la puerta y salió del departamento.
Axel sonrió. Adoraba a esa pelirroja. Dio la vuelta y fue al cuarto de Cordelia. Toco la puerta.
— Tus amistades son muy raras—dijo al abrir la puerta
Axel rio y entro en el cuarto de Cordelia. Se sentó en la cama de esta.
— Lo sé—dijo—¿Como te fue en tu trabajo?
Cordelia se sentó junto a Axel y sonrió.
— Fantástico—dijo—. Creo que me gustara trabajar allí.
— Me alegro—acaricio la mejilla de Cordelia de forma inconsciente.
Sintió sus mejillas arder y se separo un poco de Axel. Axel hizo una mueca de dolor por el desprecio de Cordelia.
— Lo siento—dijo.
— No tienes porque—respondió ella—. Vamos a dormir.
Si desde aquel día dormían juntos. Axel asintió, fue a su cuarto, cambio sus ropas y volvió a la habitación de Cordelia, Cordelia se encontraba entre las cobijas esperándolo. Podía apostar que cualquier extraño los podía confundir con un par de enamorados.
— Buenas noches—dijo. Apago el foco y se metió en la cama.
— Buenas noches— Cordelia se acurruco contra su pecho.
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AMOR DE CONVIVENCIA.
RomanceEl licor recorriendo el torrente sanguíneo más un hombre apuesto e irresistible, el ambiente de un club. Trae como consecuencias muchas cosas. Advertencia: esta puede ser la típica historia de amor y por lo tanto no está excepta de clichés.