Cuando llego a su casa lo primero que hizo fue poner a calentar agua y prepararse un té. Con una manta y una taza humeante de té de manzanilla, se sentó en el mueble de la sala. Sus piernas estaban cruzadas y sus ojos fijos en algún puto de la pared. Se haya perdida en los hechos que le arrebataron a la persona que mas había querido. Dio un sorbo a su té y un movimiento de su hija la trajo a la realidad. Parpadeo. Llevo su mano libre al lugar donde su pequeña se gestaba. Lo acaricio con la yema de sus dedos. Lentos y cariñosos movimientos circulares.
— ¿Cordelia? — la voz alarmada de Axel rompió el ambiente.
Las luces fueron encendidas. Sus ojos fueron a la alta figura de su marido. Una triste sonrisa cruzo su rostro. Axel supo al instante que algo iba mal. Se acercó hasta la mujer y se agacho a su altura.
— ¿Qué paso, cariño?
— Nada a lo que no esté acostumbrada ya — suspiro.
— Cordelia si estuvieras acostumbrada, no tendrías estos episodios y las pesadillas.
La mujer se encogió de hombros y cerro los ojos.
— Estoy cansada Axel. No quiero hablar de eso—gruño y se levantó del sofá.
— Esta bien. No voy a presionarte. Tarde o temprano tanta presión te derrumbara. Se desbordará y te abrirás.
Axel abrazo por la espalda a Cordelia. Justo ahora era lo único que podía para aliviar el malestar de la mujer que amaba. Cordelia se dejo hacer, internamente lo agradecía. Apoyo su espalda en el pecho de Axel.
— Solo quiero descansar y saber que cuando despiertes no desaparecerás—murmuro.
Esas palabras lo conmovieron mas de lo que estaba dispuesto a aceptar. Sonrió. Beso los cabellos de Cordelia.
— Entonces vamos a nuestra cama, cariño mío.
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AMOR DE CONVIVENCIA.
RomanceEl licor recorriendo el torrente sanguíneo más un hombre apuesto e irresistible, el ambiente de un club. Trae como consecuencias muchas cosas. Advertencia: esta puede ser la típica historia de amor y por lo tanto no está excepta de clichés.