【06】 Trato

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La niña continuaba dormida cuando los dos adultos entablaban una conversación en los asientos delanteros. Hyunjin se había oferido a llevarlo a su casa, como disculpa para retrasarse -de nuevo-, y aunque Seungmin decía que no era nada, que lo entendía, en verdad agradecía no tener que volver a subir a esos autobuses mugrientos a esas horas de la noche. 

— No quiso dormir por la tarde, —empezó explicándole mientras el otro iba centrado en la carretera —por eso ahora se ha quedado frita.

—¿no tenía sueño?

—Ahm... —no quería revelarle la sorpresa que su hija le había preparado con tanto cariño, quizá lo iba a arruinar y quería que fuese una cosa íntima y especial, que sabía que iba a animar al pelinegro después de su día de trabajo. —No.

—Prefiero que duerma ahora... —Se giró cuando escuchó el tono cansado con el que lo había dicho, Hyunjin empezó a conducir con una mano cuando movió la palanca de cambios, lo miró un segundo, conectando sus miradas pero rápidamente desvió su vista —No me malentiendas, ahora mismo lo que más quiero es pasar tiempo con mi niña, pero quiero irme a dormir.

—Oh, entiendo... —Escuchó como el pelinegro bostezaba —Ahm, Hyunjin hyung... ¿Se te hace difícil cuidar a la niña?

—Parece muy brusco si lo preguntas así —se palmeó mentalmente por lo insensible que había sonado, se arrepintió mucho de haberlo preguntado (él no tenía esa intención; solo quería encaminar la conversación a la propuesta que llevaba rondando por su mente). Se tranquilizó cuando escuchó la suave pero sarcástica risa que abandonó de los abultados labios de su acompañante. —Pero sí, supongo que es duro cuidar a una niña... solo.

—No quería decir eso —Hyunjin le colocó la mano en el muslo, en un gesto amigable de que no se había ofendido; pero solo provocó que sus mejillas avivaran un color rojizo y su respiración se entrecortada. Tenía una mano tan grande, tan varonil... —Y-yo, solo quería-

—Sé que no lo decías en esa intención, tranquilo —apretó un poco su mano antes de retirarla, y el contraste del aire frío en la zona donde antes reposaba la cálida mano provocó un extraño ardor y quiso volver a sentir ese calor. —Amo a Hyemi más que a mi vida, de hecho, le podría dar todo lo que tengo y no me arrepentiría. Pero, eso de ser padre se me hace muy grande; ¡no me malinterpretes! Amo serlo, pero... Creo que no estoy capacitado para esto.

—¿De qué estás hablando? —el pelirrojo se alarmó —Hyemi no puede tener mejor padre, Hyunjin hyung, usted es un padre admirable. Ha criado una preciosa niña solo, y ha conseguido compaginar su vida sin abandonar a su hija. Eso no puede hacerlo cualquiera.

—Vaya, muchas gracias —colocó su mano delante de su boca, tapándose un poco ante la timidez que le había provocado. —Agradezco mucho tus palabras, pero ahora mismo no encuentro como poder organizar mi trabajo con la guardería de la niña.

—¿No puedes ser allí a la hora de recogida? —el pelinegro negó, apoyando sus manos al volante mientras esperaba que el semáforo señalizase el verde —¿Nadie puede venir a buscar a Hyemi? —volvió a negar.

Un silencio se coló en el coche, acallando a los dos adultos y dejando que los pequeños suspiros de la niña dormida se escuchasen perfectamente; Seungmin pensó que era su única manera de ayudarlos.

—Déjame ser su canguro —el pelinegro se giró a mirarlo, clavando sus ojos negros, brillantes y profundos –iguales a los de su hija, aunque mucho más intensos- en él, recorriendo un escalofrío por todo su cuerpo —Puedo llevarme a Hyemi a mi casa después de la guardería y puede venir a buscarla ahí.

—Oh, no, ya ha hecho demasiado por nosotros, no podría aceptarlo.

—De verdad, no es nada —insistió —creo que es la opción más acertada, ¿no? Digo, a mi no me hace nada quedarme con Hyemi unas horas y puedes ir más tranquilo, sin tener que preocuparte por ella.

—Al final vas a creer que en mi vocabulario solo está la palabra "gracias" —los dos rieron y Hyunjin aparcó su coche delante de la casa del pelirrojo —Pero está bien, acepto. Pero voy a pagarte, y no voy a aceptar un no como respuesta.

Seungmin suspiró, HyunJin lo observó mientras abría la puerta dispuesto a irse, pero cuando el pelirrojo se giró –lo más probable para despedirse de él-, el pelinegro le rodeó la muñeca, tironeando de él hasta que Seungmin después de parpadear lentamente y recorrer con la vista todo el coche, se encontró con la de él. Y sintió como su boca se secaba y soltaba un pequeño gemido de sorpresa ante el roce.

—Simplemente, quiero darte las gracias por lo que has hecho con Hyemi. —Y le sonrió; cerrando sus ojitos y dejando que se dibujase una brillante sonrisa que descubría los dientes y que consiguió retumbar los latidos en su pecho por todo su cuerpo.

Y esa sonrisa, no la pudo olvidar en toda la noche. 










creo que estoy empezando a coger ritmo con esto, porque ya casi los caps se escriben solos :ss (es que tengo demasiadas escenas pensadas y AAAA >< me emociono yo sola xDDDDD).

oh, no lo había dicho antes, pero Hyemi está inspirada en una niña que cuidé este verano (y era tan adorableee >*< me llevaba flores todos los días ♡♡).

estoy preparando demasiadas cosas >:[ aunque no las subiré hasta navidas más o menos ~
(pista: se relaciona con una de mis historias de uno o dos capítulos c}: a ver si alguien adivina cuál es ewe) le dedico algo )??

SINE DIE『HyunMin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora