【34】hilo de nubes

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"Respira hondo, no es tan difícil. ¡Vamos! Tienes hasta una hija, no es tan difícil, seguramente, pedirle una cita a alguien" el chico de cabello azabache no podía negar el puzzle de confusión que tenía en su cabeza. Desde hacía días tenía pensado hacerle la gran pregunta a su, ¿amigo? ¿novio? en fin..., compañero.

Pero decir que tenía el valor para ello, era otra cosa. Lo había intentado la otra noche, cuando Seungmin había acompañado a Hyemi a lavarse los dientes. Había estado garabateando un guión en su cabeza que pudiera preguntarle decentemente si tendría una cita con él, pero parecía que cuando llegaba el momento se bloqueaba.

No era como si fuera su primera... pareja, bueno. Seungmin no era su pareja, pero sí el primer chico con el que estaba.

—Hyung, Hyemi se ha quedado dormida ya. He tenido que ayudarle a lavarle los dientes porque se estaba durmiendo en mis brazos. —el chico se sentó suavemente en el colchón y se acercó al otro, quién jugueteaba nervioso con sus manos. —¿Ocurre algo?

Y quiso habérselo dicho en ese momento, pero por instinto sonrió enternecido; imaginándose a su hija en los brazos del maestro y este ayudándola a cepillarse los dientes, diciéndole que faltaba poco para ir a dormir. ¿Seungmin la habría arropado luego?

Su corazón centelleó al imaginarse el último beso del día, un pequeño aleteo en la frente de la pequeña y seguramente una cálida caricia en la mejilla de la niña. y no podía pedir más.

uh, ¿qué estaba pensando? ¿Qué debía preguntarle a Seungmin? bueno, daba igual. Negó con la cabeza suavemente mientras por sus labios patinó una sonrisa pincelada, deslizando sus manos al rededor del cuello contrario, enredando los dedos en el pelo y acercándolo poco a poco. como un hielo deshaciéndose lentamente.

Se aproximaron y Hyunjin pintó sus labios con la lengua a milímetros de los contrarios, anhelando el toque contrario. hasta que los unió, tan dulces...

Seungmin tampoco se negó al toque, deslizó sus manos por la cintura y ladeó su cabeza, dejándose despeinar el pelo, al borde de las mariposas en su interior. Se separó un segundo para verlo, para sentirlo delante suya.

Para aclarar todas las dudas que parecían irreales: ¿iba a estar con él para siempre? ¿Qué significaba esa ecuación? ¿Qué — estaba haciendo con su vida? ¿Lo escogería a él o a la vida fácil? Seungmin había escogido tantas veces en su vida, que si lo hicieran escoger una vez más, se derrumbaría.

Es por eso que las murallas solo las podía sentir con las palmas de su mano: por eso, de una manera agridulce, palmeó las mejillas de Hyunjin, arrancándole un quejido molesto y juguetón, que Seungmin devolvió con un beso en la mejilla, dejándose descansar en el lado de su cuello.

Hyunjin suspiró al contacto, rodeándole el cuello y deslizándose en el cabezal, sujetándole en sus brazos. —¿Vamos nosotros también a dormir?

—Deberíamos... —susurró entre la burbuja anaranjada de la luz atenuante que ocupaba la habitación. —también deberíamos tener nuestra primera cita, ¿no crees?

Hyunjin sintió su tiempo detenerse, él debería haberle preguntado eso... pero suspiró frustrado, era lo bonito de tenerlo, el complementarse."

—¿Qué me dices de este? —Así que ahí estaban, al final Seungmin tampoco había mentido tanto, pues de un centro comercial dónde habían acordado tener su primera cita, no habían podido evitar que sus pies los llevasen a la sección de juguetes. Quizá porque aunque su mundo eran ellos, una pequeña y tierna carita también formaba parte de ello.

—Hyemi últimamente está encaprichada con los perritos; ya sabes, Kkami y aparte, dice que tú pareces uno. —El otro se sorprendió, abriendo los ojos y balbuceando. Hyunjin pinchó su mejilla y le dejó un beso en esta, enternecido. —Síp... dice que es porque eres muy bonito, y aparte quiere abrazarte cómo lo hace con Kkami. Por eso llegó a esa conclusión.

—No sabría cómo tomármelo, ¿cómo un cumplido? —respondió cogiendo el peluche del perrito marrón, con patitas manchadas de negro.

—Si no lo es, déjame decirte que por mi parte lo es; eres el perrito más bonito de este mundo. pero no se lo digas a KKami, ¿de acuerdo? —Seungmin le dio un golpecito suave en el hombro y se disponía a darle un beso, pero recordó la situación: una tienda llena de personas, llena de niños, y miradas juzgadoras. Así que se reprimió.

Hyunjin solo le sonrió, esa vez, no entendió sus intenciones. Pero Seungmin le devolvió de vuelta la sonrisa y lo dejaron. —¿quieres ir a tomar algo?

—claro que sí, vayamos, cachorrito bonito. —el contrario le devolvió una mirada amenazante, acción que hyunjin solo devolvió alzando los brazos en son de paz. y con sonrisas cómplices, roces inocentes de sus manos, y corazones acompasados, salieron de la tienda acompañado del peluche.

***

—¿no notas cómo que nos están siguiendo? —Seungmin comentó, al ver al fondo del local a un chico extrañamente sospechoso con una gabardina y gafas, repito: dentro del local, y una niña extrañamente parecida a la hija de Hyunjin, vestida igual; con gafas no muy acordes a su edad.

—¿No? ¿te sientes incómodo?

—No... no es eso, solo que... creo que Felix está detrás nuestra. y Hyemi. ¿Le comentaste a Mi que esto era una... cita? —se sonrojó un poco al decirlo, pero no podía negarlo.

—No, no le dije nada, pensaba se lo habías comentado tú. —Seungmin entrecerró los ojos, mirándo fijamente al chico de detrás. Viendo cómo levantaba un diario, del revés, cabe recalcar, cubriendo a la niña y a él.

—creo que sí es Felix y Hyemi... —Hyunjin pareció sorprenderse por la afirmación, pero tampoco le molestó. Le pareció algo raro, pero tampoco podía pensar en cómo sentise. ¿cómo lo habría descubierto? bueno; tampoco decidieron ocultarlo. Ahora había caricias cariñosas en la casa por parte de los dos: cuando leían cuentos a Hyemi, se sentaban de lado y a veces Hyunjin apoyaba la cabeza en el hombro contrario, otras veces se sentaba delante de Seungmin porque quería mimos en el pelo..., y así. Pero, Hyemi nunca había preguntado qué ocurría, era cómo si lo había interiorizado.

—¿Qué te parece despistarlos...? Amo a Hyemi, pero hoy eres tú el centro de mis ojos. —Seungmin separó lentamente los ojos del fondo del local para cepillar las mejillas decididas del chico que tenía delante. avivándose con el rubor del tiempo.

SINE DIE『HyunMin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora