【32】cartas en el cielo

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↜Star; loona

hi hello!! omg, cuándo extrañaba eso ;; creo que después de todo lo del aviso anterior no tengo más palabras, pero, sabéis que amo amo amo hacer textos aquí y KSAKLSAKL, es algo muy mío :( 

Pero en fin, esta vez no voy a hacer esperar más -dos años-, lmao, y dejo el capítulo. Solo decir que quizá sí vendría bien releerse los últimos capítulos para seguir el hilo (¿) pero yap :') suficiente he pedido en esto :( 

de nuevo, muchas gracias y quiero leeros de nuevo!! ♥ 

—Oh, hola Felix —El pelirrojo se levantó cuando la niña le trajo el teléfono; se encontraba adormecido en el sofá. Después de llegar a casa Hyunjin le había dicho que él se encargaba de la cena así que le había dejado ir al sofá, simplemente vigilando a HyeMi, y quizá, se había relajado demasiado. Tanto que ahora sus parpados empezaban a mariposear y el suéter que lo vestía se le hacía demasiado acogedor. —Mhm, dime.

Pero enseguida se despertó cuando escuchó la voz alegre de su amigo hablarle, este estaba emocionado por-cuál-fuere-la razón; siquiera lo sabía, solo escuchaba la voz alegre de su amigo balbucear por el celular. Sonrió enternecido cuando Hyemi quiso arrebatarle el teléfono para hablar con "lixie", ¿desde cuándo esos dos eran tan amigos? 

—Seungminnie... —la niña puchereó cuando este le sacó la lengua, jugueteando. Enseguida le dijo un segundo a Felix y le avisó a la niña que le pasaría el móvil en un momento, pero que dejara a Felix hablarle. 

—¡Me alegro mucho por ti! —Felix había encontrado a una chica. Le estaba escuchando cómo le contaba que quería invitarla a salir, pero cómo hacía poco que había vuelto a corea, necesitaba ayuda de Seungmin para ello. —¿De verdad quieres que te ayude, yo? Felix, por dios, sabes que no tengo experiencia en eso. 

—Lo sé, pero... No sabía a quién llamar. —Seungmin soltó una pequeña risa, en un suspiro. Notaba a su amigo nervioso por el otro lado de la línea. No tenía ni idea cómo cojones había conseguido la atención de Hyunjin, ¿y debía dar consejo? Genial. 

—Oh, sé de una persona que tiene mucha imaginación, y, siendo chica, quizá sabe un poco más, ¿no crees, Hyemi? —la mencionada giró la cabeza al escucharlo, dejando los colores con los que abocetaba el papel del suelo. Aunque, lo siguiente, no fue una acción tan predecible, pues, hinchando sus mejillas, volvió a girar su cabeza. —oh, mi amor... ¿te has enfadado? 

Felix escuchó en el otro lado de la línea, imaginándose la escena, sin poder evitar una sonrisa: realmente Seungmin pertenecía ahí. Su voz se había endulzado y nunca había escuchado a su amigo así. Así de feliz. Recordaba cuando lo llamó llorando porque su padre lo había echado sin merced. Había visto a un chico indefenso y vacío, mancado de amor y cariño, pero sobre todo, de comprensión. Y ahora, aunque no conocía tan bien qué relación llevaba con el pelinegro, sabía que Seungmin era ahí dónde debía estar, porque, igual que los niños, una mirada inocente y brillante, es inevitable cuando ves algo que te llena. 

Continuó escuchando la rabieta de la niña, escuchando las dulces palabras mimosas que el pelirrojo le dedicaba y, al final, la niña cedió con un "quiero hablar con Lixie" y Felix no pudo evitar, pero sentir cómo se acaramelaba su corazón. -Hola, preciosa. 

Seungmin cedió el teléfono a la niña, viendo como este le quedaba un poco grande por sus pequeñas manos y sonrió. Ah... ¿por qué todo en esta nena le parecía adorable? 

Observó los dos hablar, Hyemi parecía muy atenta escuchando y se emocionó cuando Felix le dijo: "verás... creo que hay alguien que me gusta...", la niña meció sus pies y sonriendo, agrandó sus ojos. Le respondió con un: "¡Tas enamorado!" y escuchó a Felix soltar una exclamación. 

—Seungmin, ¿podrías venir un segundo? —Hyunjin lo llamó desde la cocina. Este respondió enseguida y dejó a la niña con el teléfono en la mano. 

Se levantó y emprendió su camino en la cocina, viendo a Kkami corretear a su lado, entonces lo cargó y, dándole una leve caricia que este medio rechazó (realmente estaba llamando su atención porque quería comer, no mimos.), se lo llevó a la cocina. 

—¿Ocurre algo? —entró viendo el panorama, Hyunjin estaba delante de una olla mirándola puchereando, con los brazos a su lado. 

—No sé si está quedando bien esto, ¿me ayudas? —Seungmin asintió, dejando el perrito en el suelo por un segundo el cual migró, llamando la atención. Hyunjin se apartó de su comida y dejó hacer al pelirrojo que enseguida se ocupó. 

Cuando terminó de darle la comida que pedía al perrito, volvió con Seungmin, viendo cómo había echado unas especias para mejorarle el sabor. No necesitó, esta vez, escusas que ocuparan su mente, simplemente lo hizo: abrazó por la espalda a Seungmin y rozó su nariz por detrás del cuello, sintiéndose mimoso ese momento. 

—¿Ocurre algo? —Seungmin colocó una mano encima del lazo de las manos contrarias encima de su barriga. 

—Mhm... No —murmuró, cerrando los ojos y sintiendo la calidez. No quería ponerse excusas, quería abrazarlo y lo había hecho, quería sentir su cercanía y ahí la tenía, justo entre sus brazos, había descubierto cuánto le gustaba estar cerca de él y no quería privarse. ¿Quién se privaría de algo que quería tanto? -Solo quiero abrazarte. 

—Hyung —cuando le pareció que la comida ya no necesitaba más atención, cerró el fuego y se giró, aún sintiendo sus brazos rodeándolo. Este lo miró, con los ojos un poco soñolientos y una sonrisa un poco perceptible. Seungmin dudó un poco a su siguiente paso, pero, no podía ignorar la sensación mimosa que le recorría. Quería hacerlo y Hyunjin parecía mirarlo cómo si fuera su universo, como si fuera suyo y él de él, así que, las cartas estaban de su lado: no tenía nada qué perder. —Yo quiero besarte. 

—Yo también. —le respondió al instante, sonriéndole y frunciendo su nariz, acompañando el trazo de las medias lunas en las cuales se convirtieron sus ojos —pero yo no te lo voy a dar. 

—Si lo he pedido yo, debo ser yo, ¿verdad? —Seungmin acompañó su sonrisa, acompasándolas a unisono, y levantó la mano para frotar la mejilla contraria que se encontraba rosada por la temperatura del hogar. Se acercó, rompiendo la distancia y ladeando lentamente la cabeza, besó sus labios en medio de la sonrisa, como piezas uniéndose. Rodeó con sus brazos la espalda contraria y sintió cómo se separaba lentamente, pero tenía los ojos cerrados y no podía verlo. 

Hyunjin le dejó un suave beso en la frente, como símbolo de cariño y lo miró, sin resistirse a imitar la acción anterior y le frotó la mejilla del pelirrojo con el pulgar, dejando un beso en la nariz, y, seguidamente, otro en los besos; esta vez con más presión y más sonoro. 

Quizá, más largo, pues se habían perdido en el otro sin escuchar los pasitos acercándose y llegando a la cocina. —Papi... oh- 

La niña se asombró, viendo cómo su papá mimaba a una persona que no era ella, pero que igualmente amaba mucho. Se sintió feliz por los dos. Así que, viendo que no la habían escuchado llegar, salió de la cocina, aún con la conversación entre manos. 

—Lixie... No puedo cogar. —el chico del otro lado se extrañó un poco, preguntándole a la niña si no había ido a pedir ayuda a su papá o Seungmin. —Taban besándose en la cocina. 

—¿¡Estaban, qué!? 

♥ 

Nos leemos! ♥. Abbie. 



SINE DIE『HyunMin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora