CAPITULO 38 NUESTRO AMOR

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"Tú" "¿Qué haces aquí, Candy?"

"Vengo por mi esposo."

Sin esperar a ser invitada, Candy pasó por el lado de Susana y entró a la casa. La mujer, visiblemente alterada, la tomó por el brazo para detener su avance.

"¿De qué hablas?"

"¡Sabes perfectamente de lo que estoy hablando! Quiero a mi esposo" – dijo Candy, encarándola – "y sé que lo tienes aquí."

"¡Estás equivocada!"

"Llamaré a la policía, Susana" – la amenazó – "si intentas detenerme. Ahora dime cuál es el camino más corto hacia el sótano."

La ex actriz la miró con rabia y apretó los puños llena de impotencia. Dejando escapar un suspiro, levantó su mano y apuntó el camino con su dedo. Candy le dio la espalda para ir en busca de su esposo sin percatarse que Susana había tomado un florero entre las manos.

Eleonor Baker miró el reloj por enésima vez mientras Richard jugaba con su nieto.

"¿Te sucede algo, Elly?"

"Es tarde ya. Es casi la hora de cenar y Candy no ha regresado."

"A lo mejor se distrajo" – dijo elevando a Alex por los aires.

"Tal vez… ¿quieres cenar?"

"¿Me estás invitando?"

"No te estaría preguntado si no pensara hacerlo."

"Será un honor, Elly" – dijo sonriendo.

"¿Has tenido alguna noticia de los detectives, Richard?"

"Lamento decirte que no. Es como si la tierra se lo hubiera tragado. Hay que reconocer que cuando Terry quiere esconderse lo hace muy bien."

"¿Insistes con la idea que se está escondiendo?"

"¿Tienes otra teoría? Secuestradores no hay o ya hubieran pedido dinero. Lo único que nos queda por pensar y aceptar es que Terrence volvió a huir."

"¿Cómo puedes creer eso de tu hijo?"

"Porque lo conozco."

"No lo conoces, Richard. Si lo conocieras sabrías que está locamente enamorado de su esposa y que adora a su hijo."

"Y que los dejó. Eso es lo que él hace. Siempre está escapando, lo hizo de cada colegio en que lo tuve interno."

"Si no lo hubieras internado no hubiera tenido que escaparse."

"¿Quieres discutir conmigo, Eleonor?"

"Quiero que tengas mejor opinión de tu hijo."

"El día que él me demuestre que es un hombre, la tendré."

"Me duele que hables así de nuestro hijo."

Para sorpresa de Richard, Eleonor rompió en llanto. El duque dejó a Alex en el suelo y se acercó a ella. Como todo un caballero, le ofreció su pañuelo y ella se dio el gusto de rechazarlo.

"¿Por qué te pones así, Elly?"

"A veces parece que no quieres a Terry."

"Claro que lo quiero."

"¡No lo parece! Supongo que no lo quieres porque gracias a mí no es de sangre tan azul como tú."

Richard tomó una bocanada de aire antes de tomar el rostro de Eleonor entre sus manos. Los ojos azules lo miraron con sorpresa.

"Lo quiero, Eleonor, créeme, y lo quiero más que a otro por ser precisamente tu hijo. ¿No lo ves? ¿Acaso crees que le aguantaría a otro lo que le aguanto a Terrence? Jamás lo haría porque ningún otro sería hijo nuestro, Elly…hijo de nuestro amor."

Corazones en juego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora