CAPITULO 21 CAMPANAS DE BODA

2.7K 161 21
                                    


Robert Hattaway empujó la puerta y miró a su alrededor. El lugar era vetusto y había personas de dudosa reputación en el vestíbulo. Movió la cabeza en un gesto de desagrado y subió las escaleras hacia el tercer piso. Los escalones crujían bajo su peso mientras se acercaba a su objetivo.

"No entiendo por qué insiste en vivir aquí" – pensó – "Le pago lo suficiente para que viva en mejores condiciones".

Llegó al descanso y giró hacia la izquierda para buscar la habitación del actor que estaba al final del pasillo. Raspeó los nudillos ligeramente contra la puerta y esperó un par de minutos antes de volver a insistir.

"Terrence ¿estás ahí?"

El picaporte chirrió y la puerta se entreabrió.

"¿Robert?" – preguntó una voz entre las sombras.

"¿Terrence?" – empujó la puerta.

El joven dio un paso hacia atrás para permitirle entrar a Robert. Al hombre le tomó un par de minutos adaptarse a la oscuridad de la habitación. Sus ojos se movieron por el espacio, registrando que los únicos contenidos eran la cama de

Terrence, un baúl y una mesita de noche. Los libros de Terrence estaban esparcidos por el suelo al igual que botellas de licor vacío.

"Este cuarto es un desastre. ¿Cómo puedes vivir así?"

Terrence se encogió de hombros y colocó un cigarrillo entre sus labios. Estaba a punto de encenderlo cuando empezó a toser. El muchacho se dio golpes en el pecho para calmarse y se dejó caer sobre el lecho. Robert lo observó.

"Estás enfermo" – dijo notando el rostro encendido del joven. Robert colocó su palma sobre la frente de Terrence.

"No…es…cierto" – dio apartándose – "¿Qué haces?"

"Tienes fiebre, Grandchester."

"¿Qué vas a saber? ¿Eres medico?"

"Tengo dos hijos, por si se te ha olvidado, y sé que necesitas un médico."

"¡Pamplinas!" – dijo arrojándose sobre la cama – "Déjame dormir un rato y estaré bien."

"Sí, claro. ¿Estás tan bien que has faltado al trabajo?"

"Sólo un par de días."

"¿Un par? Llevas fuera una semana. Volveré pronto" – dijo Hattaway antes de salir.

"¡No necesito un médico!"

Terrence golpeó su colchón con un puño. ¿Sería posible? La verdad es que con la fiebre había dormido muchísimo.

"¿Por qué no me dejan en paz?" – se preguntó – "Todos quieren algo de mí".

Cerró los ojos intentando descansar. La voz de Susana le llegó desde lejos.

"Estoy esperando, Terrence Grandchester."

Su corazón dejó de latir por unos segundos. De eso, estaba seguro.

"Vamos a ser padres, Terrence" – se llevó la mano con dramatismo hacia el vientre.

"Mientes" – dijo él, recobrando el habla.

"¿Me estás llamando mentirosa?"- los ojos grises chispearon.

"Así es" – se cruzó de brazos y la enfrentó.

"¿Cómo puedes decir eso?" – dijo al borde de las lágrimas.

"¿Cuánto tiempo tienes?"

"Tres meses."

Corazones en juego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora