CAPITULO 8 EL DOLOR DE TERRENCE

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Varias canoas flotaban sobre el lago y en una de ellas iba Elisa Leagan que se mordía los labios llenos de rabia. Le daba rabia que su embarcación iba atrasada pero mucho más que Terrence, el futuro Duque de Grandchester, no le dirigiera ni una mirada. ¿Es qué no se daba cuenta de que ella era de una cuna mejor que la de Candy?

"¡Apresúrate Neil!"- le gritó a su hermano que intentaba controlar los remos con precisión.

"¿Por qué no me ayudas?" – dijo soltando uno de ellos – "¡Me duelen las manos!"

"¿Eres un hombre o una mujer?" – le preguntó Elisa iracunda.

"¡Soy un hombre con dinero!" – Le espetó – "¡Yo pago para que remen!"

"¡Pues Archi no tiene ningún problema! ¡Mira cómo va!"

En efecto, la canoa de Archi y Annie iba a la delantera del grupo, seguida por Stear y Candy.

"¡Dale Stear, dale!" – Gritaba Candy desde la proa – "¡No podemos dejar que Archi nos gane!"

"¡Hey! ¿De qué lado estás?" – le gritó Archi.

"¡Del que gane!" – Contestó Candy con una carcajada– "¡Y vamos a ser nosotros!"

"¡No lo harán!" – Respondió la tímida Annie – "¡Archi es el mejor!"

"¡Gracias cariño!" – contestó Archi brindándole una sonrisa cautivadora a su novia.

Desde la orilla, Terrence alternaba la mirada entre el libro que leía y la competencia que se llevaba cabo en el lago. Pretendía no interesarse en las actividades del grupo pero tenía que admitir que eran un grupo simpático, a excepción de los Leagan…particularmente, Elisa. En su opinión, ella era una descarada que no paraba de coquetear con él o buscar acaparar su atención.

"¡Oh, oh!" – pensó Terrence al ver lo que estaba ocurriendo.

Elisa furiosa con su hermano, se había puesto en pie sobre la canoa y se había encaminado hacia él para empujarlo. El muchacho molesto ante su comportamiento, la había empujado y esta había caído al agua.

"¡Idiota!" – dijo Elisa desde el agua, asiéndose del borde de la canoa y meciéndola.

"¡Detente!"

La advertencia llegó demasiado tarde. La canoa se volcó y Neil cayó estrepitosamente al agua mientras los remos golpeaban a Elisa en la cabeza.

"¡Dios mío!" – exclamó Annie asustada.

"No te preocupes" – dijo Archi con calma – "Elisa sabe nadar."

Stear y Candy cruzaron miradas preocupadas.

"¡Elisa, eres una idiota!" – gritó Neil apareciendo en la superficie.

El muchacho miró a su alrededor buscando a su hermana y abrió los ojos preocupado al no verla.

"¿Dónde está?" – le preguntó a sus primos.

"Por ahí debe estar" – respondió Archi sosegadamente.

"Algo está mal" – dijo Candy preocupada y antes que pudieran detenerla se lanzó al agua.

Terrence Grandchester ya se había percatado que algo andaba mal y estaba acercándose a la canoa de los Leagan cuando Candy llegó junto a él.

"¿Sabe nadar?" – preguntó Terrence a la rubia.

"Así dicen."

"Voy a buscarla" – dijo tomando una bocanada de aire antes de sumergirse.

"Esto está muy mal" – dijo Annie mirando al agua.

Instantes después apareció Terrence con Elisa en la superficie. Stear acercó su canoa y lo ayudó a subirla. Candy permaneció en el agua mientras Terry trepaba y examinaba a Elisa. Para sorpresa de todos, unió su boca a la de ella.

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