Candy entró al saloncito con una sonrisa en el rostro. Beth acababa de informarle que sus familiares habían llegado para el almuerzo. Los besó en la mejilla, exceptuando a los Leagan que también estaban presentes.
"¿No ha venido Stear?" – preguntó desilusionada.
"No se siente bien" – respondió Archi con resentimiento.
"Ya lleva varios días así" – dijo Candy con seriedad – "¿Lo ha visto un doctor?"
"No es nada grave"– intentó explicar Annie – "Sólo está muy cansado."
"Su enfermedad es del corazón" – dijo Terrence tras ellos.
Archi se volvió para clavarle una mirada furiosa mientras Annie intentaba sujetarlo del brazo.
"La partiré la cara" – murmuró Archi.
"Atrévete" – dijo Terrence con burla – "Sólo dije la verdad."
"Señores ¡calma por favor!" – pidió Annie.
Las mejillas de Candy se sonrojaron al comprender lo que ocurría con Stear.
"Tal vez debería ir a verlo y hablar con él, Archi."
"Será mejor que lo dejes tranquilo."
"Me siento culpable."
"No es tu culpa" – contestó Archi mirando a Terrence – "Es culpa del destino que este cretino se haya atravesado en nuestro camino."
"¿Tienes algo contra mí, pedazo de vanidoso?" – Terrence se levantó de la silla en la que estaba sentado.
"¡Bastantes cosas!"- exclamó Archi.
"¿Quieres que te vuelva a romper la nariz?" – lo amenazó Terry.
"¡Basta ya!" – dijo Candy interponiéndose entre ellos.
"¡Él me está provocando, Candy!" – Se quejó Terry – "Los invitamos a almorzar y mira cómo se comporta."
Elisa y Neil, sentados en un mullido sofá, miraban la escena frente a ellos con sonrisas en la cara.
"Te apuesto a que Terry le gana de un solo gancho" – dijo Neil con malicia.
"A medio gancho" – se rió Elisa – "Nuestro primo sólo sabe de esgrima y esas cosas."
"¿Has visto el lujo de esta villa, Elisa?" – preguntó Neil mirado los cuadros, porcelanas y muebles a su alrededor
"¡Es enorme! No entiendo como esa huérfana tiene tanta suerte"- repuso Elisa con envidia - "¡Es inconcebible! Ni nosotros tenemos una mansión así en Londres. Papá tendrá que comprar una casa tan grande como esta antes que empiece la temporada en Londres."
"¿Para qué quieres una casa así, Elisa?"
"Para atraer a algún noble, por supuesto" – dijo mirando a su hermano como si hubiera hecho una pregunta tonta.
"¿Sigues con tus delirios?"
"¡No es un delirio!" – gritó Elisa, llamando la atención de los presentes.
"¿Tú también estás enferma, Elisa?" – le preguntó Candy.
"¡Claro que no, estúpida!"
"¡La estúpida eres tú! – Contestó Terrence – "¡No te permito que le hables a Candy de esa manera!"
"Le hablaré como quiera. ¡Ella no es más que una huérfana!"
"¡Ella es mi esposa! – Dijo Terrence caminando hacia Elisa – "Una duquesa, por si se te ha olvidado."
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Corazones en juego
أدب الهواةEsta historia no es mia es de la autora MS Grandchester A mi en lo personal me fascino.