CAPITULO 16 MAŇANA

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Las fiestas habían pasado en un abrir y cerrar de ojos para Candy. Bajo los cuidados de Albert y Stear, la rubia empezaba a recobrar su vitalidad y Candy hacía su mejor esfuerzo de recuperarse por la salud del ser que crecía dentro de su vientre.

"Mi bebé…" – pensó mientras miraba su imagen reflejada en el espejo.

Se colocó de medio lado y notó una pequeña curva en su abdomen.

"Aún no se nota" – se dijo preocupada – "Tendré que comer más para que crezcas fuerte y saludable como tu padre."

Candy acarició su vientre con reverencia pensando en el producto de su amor con Terrence. Cerró los ojos y deseó con todas sus fuerzas volver junto a su esposo.

"Terry… ¿por qué tardas en venir por nosotros?" – preguntó al viento mientras se sentaba frente a la ventana para tomar un poco de sol.

Tomó un portafolio que contenía papel membretado con el escudo de la familia y empezó a escribir a Terry una carta, una de las tantas que había empezado a escribirle desde que se enteró de su embarazo.

"Ven a mi…ven a mi…" – lo llamaba–

La noche había caído cuando los muchachos y Albert regresaban de la oficina. Se habían quedado en Nueva York después de las fiestas para supervisar el funcionamiento de la oficina en Manhattan, una de las sucursales más importantes después de la casa matriz en Chicago.

"Buenas noches, señores" – saludó el mayordomo.

"Buenas noches" – contestó Albert sacudiéndose la nieve del hombro.

¿Dónde está Candy?" – preguntó Stear casi arrojando su abrigo y sombrero al mayordomo.

"En la salita de estar, señor."

"¡Gracias!"

Albert y Archi lo siguieron con la mirada mientras Stear subía de dos en dos los escalones. Albert suspiró ruidosamente.

"¿Qué te ocurre, Albert?"

"Me preocupa Stear" – dijo sentándose en el butacón de la sala.

"¿Por qué?"

Archi avanzó hacia la licorera y sirvió dos copas.

"Stear está enamorado de Candy."

"¿Cuál es el problema?" – le entregó la copa.

"Ella está casada con Grandchester."

"¿Y? Ella lo puede acusar de abandono de hogar."

"No creo que lo haga. Candy lo ama."

"¡Tendrá que matar ese amor!" – exclamó con vehemencia.

"En el corazón no se manda, Archi. El lugar de Candy es junto a su esposo."

"¡No puedo creer lo que dices! ¿Cómo puedes pretender que ella regrese con Terrence?"

"Van a ser padres, Archi."

"Él no tiene que enterarse" – miró a su tío con fijeza.

"El que no lo haya hecho antes no significa que no lo haré, Archi. He guardado silencio a petición de Candy puesto que ella quiere decírselo."

"Candy lleva semanas escribiéndole y él no ha respondido. Se puede suponer que no le interesa."

"No estamos seguros de eso, Archi."

"El hogar de Candy es junto a nosotros."

"El hogar de Candy es junto a su esposo."

Archi miró a su tío con rabia pero guardó silencio. Le hizo una reverencia con la cabeza antes de retirase. Una vez a solas, Albert tomó los contenidos de su copa de un trago. No iba a ser nada fácil convencer a sus sobrinos que Candy debía estar junto a Terrence.

Corazones en juego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora