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Entramos en a la casa y mis hijos no podían creer lo que veían, una mujer alta de pelo rubio se encontraba para ahí riendo junto a mi padre.

- ¡¿Priscila?! - Pregunté extrañada de que la madre de Ludmila se encontrarse pasando un lindo rato con mi padre. Ambos voltearon a vernos y mi papá habló.

- ¡Hola chicas! Al fin llegan.

- ¿Qué es todo esto?

- Primero vayan a cambiarse y después les explico..

Subimos rápidamente las escaleras y entramos a nuestras habitaciones, nos quitamos las pelucas y no cambiamos por algo más cómodo. Luego salimos y nos quedamos hablando unos minutos con temor a lo que pudieran decirnos al bajar.

- ¿Por qué crees que ella esté aquí?

- No lo se, pero es la madre de Ludmila, no creo que haya nada de malo en dos padres de unas alumnas hablen.

- Bueno, tienes razón pero estaban riendo y, ¿Tu viste sus ojos? Brillaban de una forma en la que solo lo hacían cuando estaba con mamá, no quiero que papá salga lastimado otra vez, no después de lo de Esmeralda.

- Tranquila, las probabilidades de allá algo entre ellos son de 1 en 1.000.000.

- Si, probablemente solo me esté preocupando por nada. Tal vez solo se encontraron y quieren hablar de la enemistad que tenía con Ludmila para que eso no siga así.

- Tal vez, bajemos y averigüemoslo.

Terminada la conversación bajamos a la sala y los encontramos sentados tomando un té mientras charlaban. Nos sentamos frente a ellos y los miramos confundidas.

- Y bueno, ¿Qué pasa?

- Bueno, unos días después de que llegamos choque con Priscila y nos empezamos a conocer, cuando nos enteramos de que nuestras hijas se conocían nos sorprendimos y nos juntamos más, y ahora estamos juntos.

- ¿Qué?

,- Se que es extraño pero solo pasó, y quería que lo sepan.

- Si tu estás seguro de esto te apoyo papá.

- Yo igual, es tu decisión.

- Gracias chicas.

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