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Al día siguiente Luna busco a su antigua mejor amiga para poder arreglar las cosas rápidamente.

— ¡Nina! — La llamo a penas la vio acercándose a ella.

— ¿Qué pasa luna? — Pregunto volteando, se notaba que no quería hablar con ella. — ¿Necesitas algo?

— Si. Quería que hablemos... De... De todo lo que pasó.. El año pasado. — Estaba muy nerviosa.

— No tengo tiempo para eso — Dijo y empezó a caminar pero fue detenida por la castaña.

— Nina por favor. — Rogó parándose frente a ella para verla a los ojos. — No te olvides que fuimos mejores amigas, yo estuve ahí cuando vos eras "invisible" para el resto. Cuando me necesitabas estaba ahi, cuando te pusiste mal por Gastón yo estuve ahi. Ahora necesito que me escuches y me entiendas, por favor... — Suplico, la chica ya rendida dejo de evitar su mirada.

Aunque le costará reconocerlo su amiga tenía razon, siempre había estado para ella cuando pasó lo de felicity, Gastón, lo de su brazo, lo de la chica invisible, ella siempre estuvo ahí cuando la necesito. Ahora ella tenía que hacer el mayor esfuerzo por escucharla, siempre había querido una explicación, en ese momento la obtendría.

— Te voy a escuchar, pero me tenes que decir porque se fueron.

— Era de eso lo que quería decirte, ¿No sentamos? — Pregunto señalando la mesa, la pelinegra asintió y cuando estuvieron sentadas hablo. — Yo... Fui... Fui amenazada... Junto a Violetta.. — No pudo decir más pues tapo la boca de su amiga al ver que iba a gritar.

— ¿Amenazada? ¿Por quién? — Lo había gritado pero su voz no salió muy fuerte.

— Nuestra tía, Sharon Benson.

— ¿Qué dijiste? — Pregunto sorprendida. — ¿Tía? Espera. — Pensó en lo que dijo y se sorprendió más. — ¿La madrina de Ámbar?

— Si Nina. Una semana antes de que desaparezca conocí a Violetta y fuimos a la mansión donde escuchamos una conversación entre Sharon y Rey confesando que nosotras éramos las herederas Benson. — Explico rápidamente para no alargarlo tanto.

— No puede ser. — Después de unos segundos reaccionó. — ¿Las amenazó para quedarse con la fortuna?

— Si. Teníamos que salir del país porque si no los iba a lastimar a todos ustedes y a los del estudio.

— O sea que, ¿Se alejaron de lo que querían sólo por... Nosotros? — Ese era un gran sacrificio. Dejar tu vida entera atrás, amigos, novios, familia, todo por una amenaza.

— Si. Por eso quiero que lo sepas. Para que me perdones por abandonarte y volvamos a ser amigas... — Un tanto nerviosa corrigió su oracion. — Mejores amigas.

— Yo...

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